En busca de las semillas alicantinas en peligro de extinción

La biodiversidad agrícola forma parte de la realidad cultural de la provincia de Alicante y, al igual que otras manifestaciones culturales, corre riesgo de desaparecer. Hablamos de semillas autóctonas cultivadas en nuestras tierras desde hace décadas, y que con el tiempo se han ido perdiendo en favor de variedades genéricas y modificadas genéticamente.

«En nuestra Comunitat hemos llegado a contar con hasta 400 variedades de tomate. Ahora las que cultivamos apenas llegan a la decena». De esta forma resume Javi Ferri la pérdida progresiva de este patrimonio agrícola, uno de los coordinadores de la Fira de la Biodiversitat Cultivada del País Valenciano. 

La décima edición de esta feria itinerante tiene lugar esta semana en nuestra provincia, concretamente los días 27 y 28 de octubre en Muro, y el 29 en Turballos (pedanía de esta última localidad). En el evento tienen cabida tanto talleres, como charlas y diferentes actividades infantiles, aunque su principal vocación es el intercambio y la promoción de variedades tradicionales de semillas.

«El sector agrícola en la Comunitat está importando un modelo que deja de lado la realidad agrícola autóctona. Se opta cada vez más por variedades que no son propias de aquí, y que en muchas ocasiones están modificadas genéticamente. Este modelo no es adecuado para nuestra Comunitat, ya que está pensado para áreas con ingentes explotaciones agrícolas», apunta Ferri.

Los responsables de la Feria hacen un llamamiento a todos aquellos agricultores de la Comunitat que cuenten con semillas autóctonas conservadas de pretéritas generaciones, muchas de las cuales han escapado al catálogo del que dispone el sistema público.

«Son variedades que nos gustaría incorporar a nuestro catálogo para poder multiplicarlas, y luego así poderlas repartir en eventos como la feria de esta semana» apunta Ferri, quien también es tesorero de la asociación Llavors d'Ací, responsable de la organización de la Fira de la Biodiversitat.

Aquellos que acudan al evento podrán hacerse con hasta cinco variedades si son socios de la asociación, o dos en caso de que no lo sean. Entre las variedades autóctonas que han ayudado a preservar se encuentra desde el meló d'alger sang de bou al meló d'or d'Ontinyent, así como el cacahuete o el tomate Cherry valenciano. Ferri pone en valor estas variantes autóctonas, afirmando que son «más saludables, y no requieren de tanto abono o de infraestructuras como invernaderos para ser cultivadas».

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