Viajeros esperan en una parada de autobús. TC

«Es una poca vergüenza»: indignación de los usuarios por las esperas en las paradas del bus

El transporte público en autobús vive una jornada de huelga con largas colas y el servicio al 50 por ciento

Lunes, 28 de octubre 2024, 12:17

La parada del 23 -línea que une Alicante con Mutxamel- es un hervidero. Casi una treintena de personas se agolpan junto a la señal que marca que en algún momento un autobús parará y podrán dirigirse a su destino. Pero la llegada del transporte se está haciendo esperar este lunes 28 de octubre. La huelga convocada por el sector del transporte mantiene los servicios al 50 por ciento del habitual y las colas y esperas se han duplicado.

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«Es una poca vergüenza», insiste José Torres, un hombre de unos 65 años que lleva más de 30 minutos esperando el autobús. Él se dirige al hospital de San Juan a realizarse unas pruebas y este vehículo es su única alternativa en transporte público. Le preocupa no llegar a tiempo y que se la retrasen tras meses de espera. «Y luego dirán que todo va bien», concluye enfadado.

Al poco pasa un autobús. Es el 23, pero lleva el cartel de 'completo' y en la parada se siente la decepción de quienes llevan un rato esperando y desconocen cuánto tendrán que hacerlo todavía. En ese momento los consejos se disparan: «si van ustedes al Gran Vía lo mejor es que se cojan un taxi, tardarán menos y la distancia es poca. Yo es que voy al final de la línea, a Mutxamel, y no tengo más remedio», explica María, una mujer de 70 años, a una pareja que está de visita en Alicante y quieren ir al Primark. Vuelve a pasar otro transporte pero en este caso es un autobús en servicio de regulación, tampoco abre sus puertas.

Entre quienes esperan el 23 en la avenida de Alfonso X el Sabio hay personas mayores que se desplazan al Hospital, estudiantes que comienzan las clases en el campus de San Juan de la Universidad Miguel Hérnandez, personas que van a comprar o a atender a familiares. Cuando algunos llevan esperando ya más de media hora, por fin llega el 23, abre las puertas y entran todos.

Bus urbano e interurbano

La situación es diferente en las líneas de autobús urbano que en las de interurbano -las que unen las ciudades y pueblos de la comarca-. Las paradas del 23 y del 24 del centro de la ciudad aglutinan a gente a la espera de que aparezcan los vehículos. Son algunas de las usadas para trasladarse a los dos hospitales - el General y el de San Juan -, pero también para acceder a las universidades.

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En cambio, aunque también hay más cola de lo habitual en las urbanas -los antiguos autobuses rojos- las esperas son menores y también el descontento. Aunque el servicio esté a la mitad la frecuencia de estos autobuses es normalmente más baja, por lo que el tiempo que tienen que estar en la parada los pasajeros resulta menor.

Es el caso de Marta y su marido, que están esperando un autobús que les lleve al centro comercial Gran Vía. Ellos no son de Alicante pero pasan largas temporadas en la ciudad. En su primer intento, en una parada de autobús de la Rambla había gente esperando hasta 40 minutos, por lo que han decidido cambiar de opción y buscar otra línea, en poco más de 15 minutos ya estaban en el autobús.

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En ese momento pasa un 24 -el de San Vicente- y una veintena de personas entran. Cuando todavía no ha abandonado la parada llega el siguiente 24, «Esto es a lo que no hay derecho, pasan dos juntos y los siguientes a esperar una hora», comenta Lola, otra de las pasajeras que espera a su autobús.

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