Detenido en la estación de autobuses de Alicante con un alijo de pregabalina, el fármaco que se dispara en el mercado negro
La Policía Local decomisó al pasajero que recorría la ruta Granada-Valencia cerca de 300 pastillas de este medicamento legal, vinculado a más de 3.000 muertes en Reino Unido
Viajaba en un bus que había partido de Granada con destino a Valencia, con un cargamento discreto pero ilícito: cerca de 300 cápsulas de pregabalina, un medicamento legal que, por sus efectos, se ha disparado en el mercado negro. Cuando el vehículo hizo parada en la estación de autobuses de Alicante, la Policía Local lo interceptó y, tras hallar la mercancía ilegal que ocultaba entre sus pertenencias, lo arrestó por un delito contra la salud pública, según ha podido saber TodoAlicante.
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Los agentes municipales se incautaron de los fármacos, conocidos por su bajo precio y efecto sedante, y que en algunas zonas se conoce como 'la droga de los pobres'. La intervención se produjo el pasado 30 de junio, cuando el vehículo hizo parada en la terminal alicantina.
El portador del alijo, un español de unos 40 años, tuvo mala suerte, puesto que el autobús en el que viajaba había sido seleccionado aleatoriamente por la Unidad Canina de la Policía Local de Alicante para un registro rutinario.
Uno de los canes del cuerpo municipal alertó a los agentes tras detectar algo sospechoso. Los uniformados registraron al viajero y su equipaje, donde localizaron una pequeña cantidad de marihuana y las cápsulas de pregabalina, de acuerdo a la información recabada por este diario.
Este fármaco, prescrito como antiepiléptico con potentes efectos analgésicos, se ha convertido en una de las sustancias más extendidas en los entornos más vulnerables, señalan fuentes conocedoras, que indican que los comprimidos se suelen consumir mezclándolos con alcohol, marihuana o hachís.
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También destacan que su capacidad para atenuar el dolor y provocar estados de relajación, unido a su bajo coste, la ha situado como una opción recurrente entre personas en riesgo de exclusión social, muchas de ellas con «trastornos de adicción severos».
Asociado con más de 3.000 muertes en Reino Unido
En marzo del pasado año, la alarma saltó cuando el periódico británico The Sunday Times sacó a la luz una investigación que relacionaba el consumo de este fármaco con la muerte de 3.400 personas en los últimos cinco años en Reino Unido. Además, describía los problemas de abuso y adicción que puede generar.
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También en Suecia, un estudio asoció la pregabalina con el 28 % de las intoxicaciones mortales entre drogodependientes. Por otra parte, la prensa danesa alertó del aumento del abuso de este analgésico e indicó que los institutos forenses lo consideran una de las drogas «más peligrosas en el país».
De hecho, tal y como señalan fuentes consultadas por este diario, este fármaco se ha convertido en un peligro para la salud pública en España. Según la Agencia Española del Medicamento, la pregabalina puede llegar a producir adicción incluso en dosis terapéuticas, sobre todo en los cuerpos que cuentan con antecedentes de «abuso de sustancias».
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Desde el punto de vista médico, la pregabalina, comercializada en España desde 2005, es un medicamento con potencial adictivo y efectos depresores del sistema nervioso central. Su uso indebido, especialmente en combinación con otras sustancias como alcohol, benzodiacepinas u opiáceos, puede generar síndromes de intoxicación, dependencia e incluso sobredosis fatales. Por ello, su control ha sido reforzado tanto por el Ministerio de Sanidad como por la Agencia Española del Medicamento.
Aunque no está clasificada como sustancia estupefaciente por el Convenio de Viena sobre sustancias psicotrópicas, su distribución está sujeta a receta médica y control farmacéutico. Esa ambigüedad legal -no es una droga ilícita, pero su uso recreativo es evidente- obliga a las autoridades a decomisar las pastillas cuando se detectan grandes cantidades en manos de particulares.
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Consecuencias legales
En cuanto a las consecuencias penales, el Código Penal considera que el tráfico o tenencia de sustancias psicotrópicas sin autorización, aunque sean medicamentos legales, constituye un delito contra la salud pública si se demuestra intención de distribuirlas fuera del cauce médico.
La cantidad intervenida y la ausencia de justificación legal son claves para valorar si el caso se trata como posesión para consumo propio (falta administrativa) o como tráfico ilícito (delito penal). En el caso del hombre cazado con cerca de 300 pastillas de pregabalina en la estación de autobuses de Alicante, el volumen de cápsulas intervenidas, su empaquetado y la falta de receta llevaron a los agentes a su arresto.
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