Desarticulada en Alicante una banda de butroneros que robó cerca de 600.000 € en cobre por toda España
La operación se ha saldado con el arresto de siete individuos: cinco miembros de la red y dos responsables de las chatarrerías donde vendían el material sustraído
Una operación conjunta entre la Policía Nacional y la Guardia Civil ha neutralizado una banda de butroneros asentada en Alicante que actuaba por todo el territorio nacional. Sus objetivos eran naves de empresas de electricidad, de las que robaban cable de cobre que posteriormente vendían en chatarrerías.
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La investigación se ha saldado con la detención de siete individuos: cinco presuntos componentes del entramado y dos responsables de las chatarrerías donde vendían el cobre robado, según han confirmado ambos cuerpos policiales.
Los uniformados, tras más de cuatro meses de ardua labor, decidieron asestar el golpe a la banda. Los investigadores ya conocían la identidad de los miembros del entramado, y cuándo y con qué vehículo -una furgoneta de alquiler- iban a cometer el próximo robo.
Por ello, se aceleró el curso de la investigación y se estableció un dispositivo de vigilancia en torno a los sospechosos. Comenzaba la acción. Dos de los supuestos delincuentes fueron arrestados 'in fraganti' tras asaltar una nave en la localidad murciana de Bullas. Los interceptaron con una furgoneta que contenía gran cantidad de cableado de cobre, el botín sustraído. Seguidamente, detuvieron en la provincia de Alicante a otros tres miembros del grupo criminal: uno en Aspe y otros dos en Novelda.
Todos los bienes sustraídos en los 13 actos perpetrados en diferentes puntos del país, principalmente en las provincias de Alicante, Albacete, Murcia y Valladolid, han sido valorados en 567.471 euros. La mecánica empleada en sus robos partía con el alquiler de un vehículo de alta capacidad, tipo furgoneta, con la que se desplazaban, junto a vehículos particulares, a la localidad donde iban a operar en cada situación, siendo su objetivo empresas de almacenaje y distribución de material eléctrico ubicadas en zonas industriales.
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Una vez establecido el foco sobre una o varias mercantiles del mismo sector -de localidades relativamente cercanas- practicaban el denominado butrón a fin de acceder y sustraer material de cobre. En ocasiones, según las pesquisas, realizaban agujeros en naves colindantes del objetivo.
Una vez obtenido el botín, lo transportaban hasta empresas de recuperación y reciclado de localidades ubicadas en otras provincias, tratando así de evitar la detección de la venta del material robado en la propia provincia donde actuaban, utilizando incluso vehículos lanzadera para desplazarse.
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Los agentes de ambos cuerpos policiales llegaron hasta un entramado con una estructura compuesta por al menos seis miembros, entre hombres y mujeres, con domicilios repartidos en varias provincias de España, si bien compartían como centro neurálgico la localidad alicantina de Novelda. Dentro del grupo, cada uno de ellos tenía una función claramente delimitada, haciendo gala de una gran coordinación entre ellos en la comisión de los robos.
Actuaron en Elche, Ibi, Villena y La Cañada
De hecho, su depurada coordinación les permitía llegar a realizar tres robos durante la misma noche, consiguiendo botines en algún caso que se elevaban hasta los 246.744 euros en material de cobre sustraído de una empresa de material eléctrico de Ibi, que sumados a los hechos cometidos en empresas de Villena, La Cañada y Elche, ascendía a 380.000 euros.
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El botín
Por lo que respecta al botín adquirido por la organización criminal, tenían el foco puesto en empresas de electricidad, en las que buscaban bobinas de cable de cobre recubierto de plástico. Algunas llegaban a tener un peso de entre seis y ocho toneladas, por lo que eran desmontadas y cortadas en trozos pequeños por los autores para facilitar su traslado hasta los vehículos que usaban para su carga.
Cabe destacar uno de los hechos ocurridos en Valladolid, donde, debido al volumen del material de cobre sustraído, los investigados estuvieron durante tres noches seguidas 'trabajando' para conseguir llevarse todo el cobre interesado, llegando a causar un perjuicio económico a la empresa afectada de unos 150.000 euros aproximadamente.
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Segunda fase: empresarios
Las pesquisas también revelaron que había dos empresas de recuperación y reciclado de metales ubicadas en la localidad madrileña de Leganés y en Numancia de La Sagra, provincia de Toledo, que actuaban, presuntamente, en connivencia con los autores de los robos comprando el cobre que les hacían llegar, a sabiendas de que tal cantidad de cable era inusual y, por tanto, de clara procedencia ilícita, enriqueciéndose así del producto del robo del grupo criminal investigado.
Por tal motivo, se llevó a cabo una segunda fase de la investigación encaminada a su detención. Los agentes arrestaron a dos responsables de las empresas, acusados de un delito de receptación, además de investigar a otras dos personas más relacionadas con los hechos.
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Asimismo, durante estos registros, se contó con el apoyo de una patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la localidad toledana de Illescas, que detectaron múltiples infracciones administrativas en las empresas investigadas.
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