Fran Sol, un goleador nato para la delantera del Hércules

El Hércules ha hecho oficial la incorporación de Fran Sol, un delantero madrileño con muchas historias en las botas y 33 años a la espalda. Llega libre tras acabar contrato con el AEK Larnaca este verano, y lo cierto es que no le faltaban pretendientes: el CD Eldense también lo tuvo en su radar. Pero finalmente ha sido el club blanquiazul el que ha logrado convencerle. Y no es para menos. Conoce bien el fútbol español, ha pasado por equipos como el Málaga, el Eibar o el Tenerife, y ahora aterriza en el Rico Pérez con ganas de aportar desde el primer día.

Su primer paso por el fútbol profesional fue en Lugo, cedido durante la temporada 2012-13. Apenas tenía 20 años, pero ya mostraba esa mezcla de ambición y madurez que lo caracteriza. Luego vinieron unos meses en el Real Oviedo, en Segunda B, y posteriormente, una última temporada en el Real Madrid C antes de hacer las maletas rumbo a Vila-real. En el filial groguet, la historia cambió por completo: en sólo dos temporadas marcó 27 goles en 71 partidos, números que empezaban a contar quién era realmente Fran Sol.

En 2016, decidió lanzarse al extranjero. Y es que a veces hay que salir fuera para que te vean mejor. En el Willem II de los Países Bajos encontró su sitio y su mejor versión: 47 goles en 88 partidos y el cariño de una afición que lo convirtió en ídolo. Luego llegó el salto al Dinamo de Kiev, una etapa menos constante en cuanto a minutos, pero con la experiencia de competir en Europa y convivir en un vestuario con exigencia máxima.

Tras estas etapas en el extranjero, regresó a España. Repartió goles y trabajo en Tenerife, Eibar y Málaga (en total, casi 20 tantos en esas tres cesiones), hasta que en 2023 volvió a salir, esta vez a Chipre. En el AEK Larnaca ha demostrado que seguía enchufado: más de 20 goles en dos temporadas y presencia habitual en competiciones continentales. No ha perdido ni el olfato ni la motivación.

Ahora, con el Hércules, suma una nueva página a su largo viaje futbolístico. Ha jugado en España, Holanda, Ucrania y Chipre; ha vivido ascensos, cesiones y grandes noches europeas. Esa mochila de vivencias lo convierte en una apuesta firme para liderar el ataque blanquiazul y regalarle a la afición herculana alegrías semana tras semana.

Y no lo hará solo. Formará dupla con Slavy, joven delantero hispano-búlgaro llamado a ser una de las revelaciones de la categoría. La verdad es que no podrían ser más distintos: uno aporta experiencia y peso dentro del vestuario; el otro, energía y juventud. Quizá, esta pueda ser la mejor garantía para un Hércules y una ciudad que sueñan con volver al fútbol profesional.

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