El cine hace más grande al pesquero 'Francisco y Catalina' de Santa Pola

La mini serie 'La ley del mar' se ha estrenado esta noche en Alicante para hacer más grande la lección de solidaridad y humanidad que dieron un reducido grupo de pescadores de Santa Pola hace 18 años. La premiere, organizada por À Punt ha servido para visualizar el primer capítulo (de tres) de un hecho realidad que sucedió en alta mar, en julio de 2006, cuando la embarcación 'Francisco y Catalina' subió a bordo a una cincuentena de inmigrantes que iban en una patera a la deriva en pleno mar Mediterráneo.

La ley del mar dicta que el auxilio, la vida, está por encima de todo y el patrón del barco, Pepe Durán, interpretado por Luis Tosar, tomó la decisión de ayudar a quien lo necesitaba, pensando que en la civilizada Europa prestarían la debida atención a quienes navegaban sin agua ni alimentos desde hace días.

Pepi Irles, la mujer del pescador, removió cielo y tierra para sacar de aquel lío a la tripulación, porque su marido y los compañeros de este fueron abandonados, primero a su suerte, y después acusados por las autoridades de Malta de traficar con personas. Los acontecimientos se vivieron con estupenfacción, con dolor y hasta con cierta incredulidad porque expuso las miserias de una burocracia deshumanizada.

Ayer la sala de los Yelmo se llenó para ver la primera parte de esa realidad. Las butacas contaron con representantes institucionales como el alcalde de Alicante, Luis Barcala; el presidente de la Diputación, Toni Pérez; o la alcadesa de Santa Pola, Loreto Serrano o el secretario autonómico de Innovación, Jerónimo Mora, entre otros; porque la serie también representa la apuesta de la cadena pública valenciana por la industria audiovisual.

El director general de À Punt, Alfred Costa, se deshizo en agradecimientos hacia RTVE y también hacia productores, director, actores y todo el equipo técnico. La lista de nombres es larga y, salvo Blanca Portillo, estuvieron todos presentes. La televisión autonómica estrenará oficialmente 'La ley del mar' el próximo lunes 15 de enero y, entonces, se podrá comprobar como la ficción hecha en escenario naturales como la propia Santa Pola o la Ciudad de la Luz son un atractivo a potenciar.

Sin embargo, la proyección estuvo repleta de emociones que se colaban entre la atención a medios y las fotos con los fans. También hubo foto de familia y de las otras familias, como la de los figurantes, que rodaron subidos al pequeño pesquero de 18 metros como magníficos «actores silenciosos». Ellos recibieron el mejor aplauso de la sala y algunos reconocían que nunca se habían visto en la tele y mucho menos en un cine.

Por encima de todos, sobresalió Pepi. De ella Tosar, el director Alberto Ruiz o la actriz Sonia Almarcha que la interpretaba, destacaron la generosidad de ambos en prestarse a esta aventura que es el audiovisual. Irles lamentó ante los periodistas que nada hubiera cambiado en el mar ante el drama de la inmigración y después aceptó las felicitaciones y los piropos con sonrisas.

El guión de Tatiana Rodríguez y Víctor Pedreira no es un retrato de esta familia de pescadores, pero sí una escenificación de lo que ellos vivieron. Quienes la conocen comentaron al finalizar las diferencias a las que la ha expuesto la dramatización de la historia, pero la tele no quiere a «personas tan bonitas» como confesó el director.

Mucho se escribió de aquellas dos semanas de julio en una época donde todo no era tan inmediato y recuperar la experiencia da aliento al audiovisual. Flipy, productor de la miniserie, habló del rodaje en términos de capacidad de una industria para ir más allá del impacto económico.

Así, la historia que ya tuvo un final tendrá la próxima semana en À Punt una nueva vida y recordará a los espectadores valores que chocan frontalmente con leyes y números. No está nada mal traer a 'prime time' un relato de humanidad en tiempos de guerra en el entorno del Mediterráneo y a la puerta de Europa.

Temas

• Inmigración ilegal
• Ciudad de la Luz
• Santa Pola
• Rodajes