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Ayuso en las rampas de Arinsal delante de Vingegaard y Evenepoel Cxcling

Juan Ayuso tendrá en la etapa de 'casa' su gran oportunidad de atacar el liderato de La Vuelta

El de Xàbia fue el gran animador de la primera jornada con final en alto de esta edición de la ronda española

Martes, 29 de agosto 2023, 11:48

El alto del Xorret del Catí será, el próximo sábado, el tercer final en alto de la presente edición de la Vuelta a España después de que dos días antes el pelotón afronte la subida al siempre exigente alto de Javalambre y de que este lunes los grandes favoritos a llevarse el maillot rojo dentro de tres semanas protagonizaran sus primeras escaramuzas en las rampas del andorrano puerto de Arinsal.

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Allí, Juan Ayuso (UAE Emirates), que cumplirá 21 años el próximo día 16 de septiembre (el día en el que La Vuelta se decidirá definitivamente en su penúltima etapa, que transcurrirá sobre 208 kilómetros en la sierra de Guadarrama) se confirmó como uno de los hombres llamados a pelear hasta el final con los consagradísimos Jonas Vingegaard, Primož Roglič (Jumbo-Visma), Remco Evenepoel (Soudal-Quick Step) o Enric Mas (Movistar).

El jovencísimo ciclista español, nacido en Barcelona pero criado en Xàbia, se ha convertido, por derecho propio junto a Carlos Rodríguez (Ineos-Grenadiers), en la gran esperanza del ciclismo español para el futuro más inmediato, toda vez que Enric Mas sigue sin dar ese paso definitivo que le sitúe entre los verdaderos aspirantes al peldaño más alto de una grande.

Ayuso, tercero en La Vuelta del pasado año, la de su debut, no quiso dejar pasar la oportunidad y aprovechó la primera etapa de montaña para «intentar recuperar tiempo» después de que la crono por equipos inaugural por las calles de Barcelona le dejaran como uno de los más perjudicados entre los favoritos.

Ayuso, quintaesencia de ese nuevo ciclismo en el que los ciclistas y sus preparadores conocen al milímetro los vatios que son capaces de producir y durante cuánto tiempo, necesitaba sacudirse cualquier tipo de dudas que pudiera haberle dejado el rendimiento colectivo de un UAE-Emirates que, ausente Tadej Pogačar, ha depositado sobre los hombros del ciclista alicantino todo el peso de pelear por el rojo.

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En las rampas de Arinsal, Ayuso colocó a sus gregarios al frente del pelotón en lo que se podía traducir como una descarada declaración de intenciones. Lastrado por una inoportuna lesión que le impidió debutar esta temporada hasta abril (Tour de Romandía), Ayuso no ha tenido la oportunidad de demostrar, al menos en los grandes escenarios, que él también ha llegado al ciclismo para formar parte de esa nueva generación de estrellas que sólo entienden este deporte como un espectáculo constante.

Jugaban al despiste los Jumbo-Visma tratando, quizás, de tapar las debilidades de un Roglič que, caído el primer día (otra vez), llegó en el grupo de favoritos, pero no dio las sensaciones que en él son habituales en este tipo de finales. Jugaban al despiste los Jumbo-Visma sabedores de que cuanto más tiempo mantengan en los demás la duda de quién es su verdadero jefe de filas, Roglič o Vingegaard, Vingegaard o Roglič, más opciones tienen de dejar cautivo y desarmados a los líderes rivales.

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Ayuso, valiente, llamó a rebato a los suyos. Se encontraba bien el chaval. Le dio igual quemar a buena parte de sus soldados en esa apuesta por llevar al límite a los Jumbo-Visma y a unos Soudal-Quick Step que, azuzados por otro de esos jóvenes que han venido a reinventar el ciclismo desde dentro, compraron su propuesta al alicantino y se sumaron a ese ritmo machacón que hizo no pocos prisioneros como, por ejemplo, un Mikel Landa que vuelve a mostrar esa imagen que enloquece a los 'landistas'.

Juan Ayuso sale de este primer asalto en la alta montaña sin haber podido recuperar tiempo. Incluso, ha cedido un segundo (más bonificaciones) sobre Remco Evenepoel, ganador de la etapa y nuevo portador del maillot rojo; pero pone rumbo a la Comunitat Valenciana, su tierra, colocado entre los mejores (es undécimo a sólo 38 segundos del líder) y, sobre todo, habiendo dejado claro que su idea en esta Vuelta no es la de ser un mero comparsa.

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El sábado, entre Dénia (tan cerquita de casa) y la cima del Xorret del Catí, ese día en el que también se suben Vall d'Ebo (2ª categoría), Tollos (3ª categoría), Benifallim (2ª categoría) y la Carrasqueta (2ª categoría); será uno de los corredores llamados a vestirse de rojo líder.

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