Benidorm pone en valor en el Tossal de la Cala su primera calle

Hubo un tiempo, ya muy lejano, en el que la frase hecha de 'todos los caminos llevan a Roma' tenía un sentido literal. Fue en la época en la que los emperadores de aquel imperio ubnieron todos y cada uno de los puntos de su vasto imperio, a través de sus no menos impresionantes calzadas, con la ciudad que fue el centro del mundo conocido.

Uno de esos caminos partía desde lo que hoy conocemos como el Tossal de la Cala de Benidorm, situado en un cerro entre la playa de Poniente y la Cala de Finestrat y que se empezó a investigar a mediados del siglo pasado y donde cada vez son más los hallazgos de nuevos restos que se producen.

Porque la historia de una de las ciudades más internacionales de España y capital turística de la Comunitat Valenciana no empezó con la popularidad emanada de la llegada de los primeros extranjeros o el bikini a sus costas. Tampoco con los viajes que llevaron a sus arráeces y marinos a conocer todos los confines del mundo.

La historia de Benidorm arrancó mucho antes, tal y como muestran los distintos restos tanto íberos como romanos encontrados en distintos puntos de su término municipal. De hecho, hasta 2010 se pensó que el poblado del Tossal era íbero y no romano.

La última intervención, que ha supuesto una inversión de más de 400.000 euros del Plan de Sostenibilidad Turística, ha permitido excavar tres nuevas zonas de ese yacimiento del Tossal y ahondar en esa musealización, como indican desde el área de patrimonio del Ayuntamiento.

Del castellum romano del siglo I antes de Cristo todavía había muchas partes sin explorar y hasta la fecha prácticamente no se habían excavado para así poder acabar de delimitar la fortificación.

Así, no ha sido hasta ahora cuando ha salido a la luz uno de los elementos más singulares, la que sería la primera calle de Benidorm, en torno a la cual se estructura la fortificación romana del Tossal, y a partir de la cual se ha generado un nuevo recorrido para acceder a la plaza baja del yacimiento. Justo en este punto, en el tramo más próximo al acantilado, se han excavado nuevas estancias.

Otro de los focos de atención del proyecto coordinado por Jesús Moratalla y Feliciana Sala, de la Universidad de Alicante, es la protección del relieve localizado en marzo de 2020 casi de casualidad, tras un episodio de intensas lluvias, y que está formado por tres elementos reconocibles: un rostro humano, una cornucopia y un falo.

Un relieve sobre el que, como explica el alcalde Toni Pérez, «se está trabajando con muchísima sensibilidad» y es que los profesores encargados lo han calificado en sus informes como «un relieve de excepcional transcendencia histórica».

Todo ello, en un espacio de 57x42 centímetros. No obstante, Moratalla y Sala creen que esta escena estaría «posiblemente incompleta puesto que falta el cuadrante superior derecho». Según ha adelantado el alcalde «el personal técnico de todas las partes implicadas ya ha ultimado la solución que se va a adoptar para exhibir este hallazgo con las máximas garantías sin desligarlo del Tossal».

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