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El alicantino Juan Asensi durante los ensayos, antes de debutar como capataz del Cristo del Divino Amor. SHOOTORI
El reto de ser capataz en la Semana Santa de Alicante

El reto de ser capataz en la Semana Santa de Alicante

Gobernar un trono procesional va más allá de dar voces y ofrecer indicaciones. Se trata de ser los ojos de la cuadrilla de costaleros y, también, propulsor de su hermanamiento

Adrián Mazón

Alicante

Miércoles, 27 de marzo 2024, 07:19

Para Juan Asensi, la Semana Santa es mucho más que cinco días al año. Este alicantino está entregado en cuerpo y alma al Divino Amor, Cofradía a la que pertenece desde 2011, cuando era estudiante del colegio Aitana de Alicante. Desde entonces, no solo participa en sus procesiones, sino que además forma parte de su Junta de Gobierno, así como del grupo de voluntarios de su comedor social y de ayudantes de las monjitas de la Sangre, quienes custodian el monasterio de la Santa Faz.

Su implicación también va más allá, pues semana a semana acude al Convento de las Reverendas Madres Agustinas para formar parte de su mantenimiento. «Me gusta involucrarme en la limpieza de enseres», detalla este alicantino de 29 años que ha decidido prestar su ayuda y dedicar su voluntad a este proyecto. «Para mí Semana Santa son los 365 días del año», 366 en el caso de 2024, un año que marca un antes y un después en su trayectoria.

Esta arrancó en 2011, cuando estando en el colegio decidió seguir los pasos de su hermano mayor y procesionar por primera vez. Lo hizo a varal con el trono de la Santa Cena -el cual conocía bien tras acompañar durante años a su madre, quien admiraba con orgullo y emoción el esfuerzo de su primogénito- y, también, con la Cofradía del Divino Amor. Fue un año después cuando Juan Asensi se unió también a la cuadrilla de costaleros de la Cofradía Franciscana del Santísimo Ecce-Homo y Nuestra Señora de la Amargura.

El fervor continúa desde entonces, pues en la actualidad continúa con estas dos últimas Hermandades y Cofradías y suma otro trono más cargado a sus espaldas, el de la Muy Piadosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de la Santa Redención y María Santísima del Mayor Dolor. Así, desde hace años, Juan Asensi es costalero de Martes a Jueves Santo; mientras que el Viernes Santo procesiona como caballero del Santo Sepulcro.

Sin embargo, será este Miércoles Santo de 2024 cuando Asensi deje atrás el varal del Cristo del Divino Amor para ser su capataz. Fue durante la organización de los primeros preparativos para la coronación de Nuestra Señora de la Soledad 'La Marinera' cuando surgió «la necesidad» de buscar un nuevo gobernante del trono. Esta situación sirvió para que este cofrade alicantino diera un paso al frente y se postulara para el cargo. «Decidí afrontarlo y dar lo mejor de mí mismo».

Salida del trono del Cristo del Divino Amor durante los ensayos y detalle de la campana de capataz. SHOOTORI
Imagen principal - Salida del trono del Cristo del Divino Amor durante los ensayos y detalle de la campana de capataz.
Imagen secundaria 1 - Salida del trono del Cristo del Divino Amor durante los ensayos y detalle de la campana de capataz.
Imagen secundaria 2 - Salida del trono del Cristo del Divino Amor durante los ensayos y detalle de la campana de capataz.

Tras la aprobación, se puso manos a la obra para convertirse en los ojos de sus costaleros, quienes -como Juan Asensi en los últimos años- portan a hombros al Cristo del Divino Amor. Esta nueva etapa en su Cofradía la ha asumido con la ayuda de Vicente Sala, capataz de 'La Marinera', quien no ha dudado ni un solo segundo en «ofrecerme consejos y acompañarme en los ensayos».

Fue en esos momentos, sobre todo el primer día que cogía la campana, cuando los nervios se hicieron grandes. «Era la primera vez que daba el toque», recuerda Asensi de aquella noche de febrero, su toma de contacto inicial en esta nueva faceta. Tras ello, con sumo cuidado, puso la vista y el corazón en guiar a su medio centenar costaleros para dominar los giros del trono y, también, cultivar un ambiente de hermandad entre todos ellos.

Más allá de guiar el trono

Son varios avisos. «Un toque debajo del trono, dos arriba y tres en la campana». Con ello, arrancan. Juan Asensi tiene bien aprendido este ritual, pues los años que lleva en la Cofradía del Divino Amor le han servido para interiorizar los sonidos y ser él quien los ponga en marcha a las 19 horas de este Miércoles Santo. «Para mí es muy importante que el capataz haya sido costalero», reconoce ya que, según su propia experiencia, «sabes lo que es portar la imagen y conoces los tramos en los que sabes que no puedes exigir».

«Para mí es muy importante que el capataz haya sido costalero. Sabes lo que es portar la imagen y conoces los tramos en los que sabes que no puedes exigir»

Juan Asensi

Capataz del Cristo del Divino Amor de Alicante

Y es que, ante todo, para este alicantino lo primordial es el equipo humano que compone su cuadrilla, a quienes dedica parte de su tiempo más allá de los ensayos. «Les hablo todas las semanas para ver cómo están y, también, para preguntarles si pueden venir». Es un trato que «me agradecen», pues su preocupación y sus mensajes y llamadas se alejan de la última hora de convocatoria. Además, esto mismo se convierte en recíproco, pues «cuando te involucras, ellos hacen lo mismo contigo» y presume de que a su último ensayo acudieran 43 costaleros y costaleras, siendo lunes víspera de festivo. «Es un compromiso y es un lujo».

1. Asensi da el toque de campana. | 2. Momento del giro del trono en los ensayos. | 3. Guía del paso. SHOOTORI
Imagen principal - 1. Asensi da el toque de campana. | 2. Momento del giro del trono en los ensayos. | 3. Guía del paso.
Imagen secundaria 1 - 1. Asensi da el toque de campana. | 2. Momento del giro del trono en los ensayos. | 3. Guía del paso.
Imagen secundaria 2 - 1. Asensi da el toque de campana. | 2. Momento del giro del trono en los ensayos. | 3. Guía del paso.

Obtener este resultado es complejo. Por ello, el haber estado en la piel de los costaleros le ha hecho saber bien que «es muy importante hacer el hermanamiento, ya que empezar una cuadrilla de cero es complicado». La unión resulta imprescindible y son estos pequeños detalles los que hace que incluso «se apoyen entre ellos». Poco a poco, su intención de asentar una familia entre varales «ha ido evolucionando» y, a escasas horas de su debut como capataz, Asensi siente «absoluta confianza» en sí mismo y en sus cofrades.

Es ahora cuando este alicantino tiene la vista puesta en el reloj, a la espera de que las agujas marquen las siete de la tarde de este Miércoles Santo para vivir, quizás, el momento más emocionante de su trayectoria como cofrade: «Ver al Cristo saliendo y que me mire a la cara». Es al pensar en ello cuando Asensi reconoce que «se me ponen los pelos de punta», antes de que las lágrimas de emoción inunden su cara al cierre de la procesión, cuando una vez descargado el trono acuda a abrazar y felicitar a sus compañeros.

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