Los coches toman la playa de Puerto Amor, junto a la Almadraba de Alicante
Una veintena de vehículos accede al arenal durante la noche, pese a las restricciones de circulación marcadas en las señales y ordenanza
La playa de Puerto Amor de Alicante, junto a la Almadraba, se ha convertido en un paraíso para disfrutar de las veladas nocturnas a pie del mar. Sin embargo, la tranquilidad que ofrece el entorno se ve truncada por el acceso ilegal de coches y vehículos al arenal.
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En una sola jornada se han llegado a contabilizar hasta una veintena de vehículos privados que acceden, sin autorización a esta playa de Alicante. Pese a las restricciones que marca la Ordenanza municipal, reflejadas por una señal que prohíbe la circulación, los coches y furgonetas cruzan y llegan hasta la orilla.
Estas prácticas se producen, sobre todo, en la parte de Puerto Amor limítrofe con el Cabo de la Huerta. Los vehículos acceden al arenal a través de la calle Mare Nostrum, en cuyo fin aparece la puerta hacia el mar.
Existe una separación física entre la carretera y la playa, delimitada tanto por el terreno como por bloques de hormigón sobre los que aparecen las señales informativas de prohibido aparcar, estacionar y circular.
Sin embargo, la separación entre placas cuenta con dimensiones suficientes para que los conductores hagan caso omiso de las señales. Todo ello sumado a una valla -colocada inicialmente entre los bloques de hormigón- que ha sido desplazada, dejando abierto el camino hacia Puerto Amor.
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Así, los vehículos aprovechan que la valla permanece sin recolocar en su emplazamiento para recorrer esta playa de Alicante a su libre albedrío, dando un uso indebido a este espacio litoral, sobre todo, durante las noches de verano.
Muchos de los coches acceden a esta playa con el fin de cargar y descargar mobiliario portátil como mesas, sillas, neveras, sombrillas e, incluso, carpas. Para ello, no dudan en pasar por la zona más próxima a la orilla, aproximándose a los grupos de personas que disfrutan de una velada frente al mar.
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También, de entre todos estos vehículos, se ha detectado la presencia de usuarios que transportan material de pesca, como cañas y neveras, el tramo hacia el espigón como si fuera una vía convencional; mientras otros permanecen estacionados durante horas en las zonas más oscuras de esta playa.
Uno de los principales problemas se produce cuando los vehículos acceden o salen de la playa por la calle Mare Nostrum. Al carecer de iluminación propia, la playa cuenta con baja visibilidad pues los focos apenas alcanzan parte del arenal. Por ello, los faros de los coches deslumbran a los usuarios y viandantes que pasean por la zona, añadiendo situaciones de molestia y peligro a lo que se presentaba como un paraíso nocturno.
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