Arrancan las obras del Instituto de la Memoria en el puerto de Alicante
Los operarios comienzan la señalización de una inversión que lleva el sello del Botànic a la espera de llegada del nuevo presidente de la Autoridad Portuaria
El gobierno del Botànic (PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem) no pudo llegar a tiempo para ver inaugurada una de sus obras simbólicas en Alicante antes de que se convocaran las elecciones autonómicas el pasado marzo. La reconversión del edificio de Sanidad Exterior en el puerto de Alicante en el futuro Instituto de la Memoria Democrática era una actuación de relativo coste económico, pero de fuerte carga referencial.
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Tras el impás electoral, esta mañana se han abierto las puertas para ultimar los detalles de inicio de las obras. La adjudicación del contrato se formalizó el pasado 6 de julio con la empresa Proyecón Galicia por 966.065,60 euros cuando los consellers del anterior gobierno estaban en funciones y se estaba decidiendo la fecha de toma de posesión del nuevo jefe del Consell.
La entrada del PP y Vox en el gobierno autonómico puso una interrogación sobre el proyecto; pero el propio presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, se adelantó a posibles cuestionamientos en el área de Memoria Histórica que, en la anterior legislatura, llevó la dirigente de Podem, Rosa Pérez, y literalmente aseguró que «todo seguía adelante».
En el listado, estaban desde las exhumaciones en diferentes puntos de la Comunidad y dos iniciativas en la provincia de Alicante como la compra de terrenos del conocido campo de concentración de Albatera y esta rehabilitación. El centro se ha diseñado para que albergue el Instituto Valenciano de la Memoria Democrática, los Derechos Humanos y las Libertades Públicas como un espacio de carácter cultural y didáctico para el impulso, difusión y divulgación de la memoria democrática, además de como centro de documentación.
El edificio está cedido por la Autoridad Portuaria de Alicante y es una de los bienes materiales centenarios de la ciudad, pues cuenta con 90 años de antigüedad. El Botànic lo propuso, en parte, por su ubicación en el puerto, punto desde el que partió el Stanbrook, un buque mercante que llevó a cabo la última evacuación de refugiados republicanos del puerto alicantino el 28 de marzo de 1939, cuatro días antes del final de la guerra civil.
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