Uno de los delicuentes arrestados. CNP

Desarticulan una banda que engañaba a ancianos haciéndose pasar por revisores de la luz

Captaban a las víctimas en supermercados y las seguían hasta sus hogares, asegurándose que se encontraban solas

Viernes, 22 de diciembre 2023, 12:13

Agentes del Grupo de Delincuencia Económica y Fiscal (Udef) de la Brigada Provincial de Alicante, apoyados por el Grupo de Policía Judicial de la Comisaría de Policía Nacional en Alcoy, han desarticulado una organización criminal dedicada a la comisión de estafas por el método del «revisor de la luz». La Policía Nacional ha practicado siete detenciones, cuatro hombres y tres mujeres de entre 28 y 44 años de edad y nacionalidad española. Se les imputa delitos como pertenencia a organización criminal, hurto y estafa continuada.

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A principio del pasado mes de junio del presente año, una mujer de casi 80 años de edad se presentó en la Comisaría de Policía Nacional en Alicante manifestando haber sido víctima de un engaño. Al tratar de acceder al edificio donde tiene la vivienda, un varón que se encontraba en el rellano le manifestó ser empleado de mantenimiento de electricidad y convenciéndola para acceder al propio domicilio con la excusa de revisar algún aparato eléctrico, le exigió el pago del alquiler del contador, accediendo la perjudicada a teclear el número pin de su tarjeta de crédito en lo que parecía ser un dispositivo TPV.

Segundos después y ante una distracción momentánea de la octogenaria, el supuesto revisor de la luz desapareció sin decir palabra, eso sí, la anciana observó cómo minutos después se realizaron dos extracciones en su cuenta bancaria de un valor total de 900 euros, además de que le habrían quitado el terminal móvil.

Tras analizar decenas de denuncias en las que se ponía en conocimiento hechos similares, se pudo concluir que el 'modus operandi' empleado por los investigados sería en un primer momento la captación de las futuras víctimas, hecho que se originaba en supermercados, mercados o zonas transitadas por personas de avanzada edad, donde vigilaban, seleccionaban a sus víctimas y las seguían hasta sus domicilios.

Acto seguido, tocaban a la puerta y haciéndose pasar por empleados de mantenimiento de electricidad o comercial del bono social de electricidad, convencían a sus víctimas para que les franquearan el acceso a la vivienda donde proseguían con su «teatrillo» fingiendo comprobar el consumo de un frigorífico o el estado de contador o fusibles.

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Mientras tanto van ganando la confianza de la víctima que finalmente cree que se encuentra ante un verdadero trabajador de mantenimiento de electricidad y consiguen que esta les teclee el número pin de su tarjeta de crédito o libreta bancaria que previamente habrían sustraído en un descuido del anciano o anciana. En ocasiones los autores también sustraían aparatos electrónicos como teléfonos móviles o el dinero metálico que encontraban por el domicilio.

La Policía Nacional aconseja

  • • Desconfíe de las visitas inesperadas de supuestos técnicos que no hayan sido solicitadas previamente por usted o por su compañía suministradora.

  • • Solicite siempre la identificación y el carné de instalador autorizado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Si tiene dudas, llame al servicio de atención al cliente de su compañía o al 091 de la Policía Nacional para verificar la identidad y el motivo de la visita del operario.

  • • No facilite nunca sus datos bancarios ni su tarjeta de crédito a desconocidos. Las compañías de gas o de luz cobran sus servicios a través de la entidad bancaria donde tenga domiciliada la factura, nunca en efectivo ni en el momento de la visita.

  • • No se deje intimidar ni presionar por el supuesto técnico. Si se siente amenazado o coaccionado, cierre la puerta y avise a la Policía Nacional lo antes posible.

Otras veces, los miembros de la organización amenazaban a los ancianos con cortarle el suministro eléctrico para que realizaran los abonos. Algunos de ellos se realizaban en metálico y uno de ellos llegó a pagar hasta 400 euros por miedo a quedarse sin calefacción en pleno invierno.

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Cuando las víctimas mostraban algún tipo de desconfianza, los autores simulaban una llamada telefónica al hijo o hija de los ancianos para que hablara con ésta y la convenciera del correspondiente pago, cuando en realidad los ancianos estaban hablando con otros miembros de la organización que se hacían pasar por los familiares.

Las víctimas no podían dormir por miedo

Este tipo de hechos resultan ser de especial relevancia y repercusión social por la situación personal de las/los perjudicados. En uno de los casos, la víctima manifestó a los agentes que los pocos ahorros que tenía fueron los que se llevaron el autor del engaño, pasando a sufrir una situación especial de necesidad o desamparo.

Algunos de los perjudicados tiene hasta 88 años de edad, con el deterioro físico y cognitivo que conlleva, lo que facilitó notablemente el engaño perpetrado por los detenidos. Un matrimonio de ancianos octogenario sufre insomnio y miedo permanente a quedarse solas desde que fueron víctimas de los hechos.

Una de las víctimas de 78 años de edad mostró una gran alegría cuando la Policía Nacional le hizo entrega de su teléfono móvil encontrando en uno de los domicilios registrados y que uno de los detenidos le sustrajo con la intención de que no pudiera pedir ayuda tras el engaño.

Las gestiones de indagación realizadas por los investigadores concluyeron que muchas de las denuncias interpuestas en la provincia alicantina, en las que se ponían de manifiesto hechos similares, fueron cometidos por un grupo de personas interrelacionadas entre si y perfectamente coordinadas con reparto claro de funciones, mientras unos se hacían pasar por revisores de la luz, otros realizaban las extracciones en la sucursal bancaria o captaban a nuevas víctimas en el supermercado del barrio.

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Alrededor de una veintena de hechos, son los que la UDEF de Alicante ha podido vincular a esta organización criminal, si bien se siguen llevando a cabo gestiones para probar su autoría en casi un centenar más de hechos cometidos en toda la Comunidad Valenciana con el mismo 'modus operandi'. En cada uno de los hechos, los detenidos lograban un beneficio económico de entre 600 y 1.200 euros.

Las pesquisas centraron los domicilios habituales de los miembros de la organización en los municipios de Paterna, Manises y en la propia ciudad de Valencia. En Paterna se practicaron los dos registros domiciliarios, donde se intervinieron un machete de unos 60 centímetros de largo, una pistola simulada, 10.395 euros en efectivo, guantes de látex y mascarilla, de los utilizados por los detenidos en los hechos, un datafono, así como una cartilla de banco y un teléfono móvil propiedad de dos de sus víctimas. Con la cartilla bancaria intervenida, los investigadores comprobaron como los autores extrajeron, sin consentimiento de la víctima, una cantidad total de 4.000 euros.

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