Los rostros de la protesta de médicos

Cuatro médicos y médicas que ejercen en la provincia exponen en primera persona sus reivindicaciones. Martín, John Fredy, Diana y María José han cambiado por un día el estetoscopio por las pancartas, y se han lanzado a las calles de Alicante para sumarse a la huelga de médicos.

Los cuatro han contado a TodoAlicante cómo viven en primera persona la delicada situación que sufre la sanidad pública en la provincia de Alicante.

La situación de Martín Ferrando es significativa de la temporalidad que deben padecer algunos médicos. «Tengo 43 años y trabajo cubriendo una baja por maternidad». Este pediatra del Hospital de Sant Joan d'Alacant asegura que su situación de temporalidad se explica por el «ridículo» número de plazas que convoca Sanidad en las oposiciones. Como ejemplo, alude a las 80 plazas convocadas en la reciente oposición para su especialidad, a la que se presentaron más de 400 candidaturas.

También denuncia que el precio de la hora de guardia se mantiene en los mismos 23 euros que se ofrecían hace más de 15 años, a pesar del incremento del coste de la vida. También lamenta que los médicos se vean forzados a hacer hasta siete guardias presenciales al mes, a pesar de que las reglamentarias son solamente tres.

A la sanidad pública española se la suele incluir en la Champions League del sistema europeo, una afirmación que desmienten algunos profesionales. «Es una mentira decir que estamos en la élite», apunta John Fredy Cuero, médico de atención primaria en el centro de salud Tomás Ortuño de Benidorm. Con consultas que apenas llegan a los siete minutos, el facultativo considera que la sanidad española no tiene razones para sacar pecho: «Con tan poco tiempo puedes ver a los pacientes, pero no llegar a valorarlos ni a tratarlos adecuadamente».

Entre otros problemas, y debido a la falta de personal, John Fredy asegura que la atención primaria tiene dificultades para cubrir las bajas y las vacaciones de los profesionales. Situaciones que abocan al «colapso» a la atención primaria, y por extensión, a la asistencia hospitalaria.

Que la medicina es vocacional es algo que asumen muchos facultativos, a pesar de que ello dificulte la conciliación entre su trabajo y vida personal. Es el caso de Diana Tordera, nefróloga en el Hospital General Universitario de Elche, quien reconoce que debe sacrificar parte de su tiempo de descanso para ofrecer a los pacientes la atención que merecen.

Tordera reclama más contratos de carácter estructural, una reducción del número de guardias presenciales al mes (hasta nueve ha llegado a realizar), y garantías para poder disfrutar de vacaciones.

La necesidad de protección es una de las reivindicaciones que ha adoptado protagonismo entre el colectivo de sanitarios en los últimos años. «Recibir un curso de autodefensa hubiera sido impensable hace unos años», reconoce María José Ramos, médica de familia en el centro de salud de Altabix, en referencia a la formación que recibió hace escasas semanas a cargo de la Policía Nacional.

Entre sus reivindicaciones, también se incluye la necesidad de contar con más minutos para atender a cada paciente, ya que su número de consultas puede llegar a duplicarse debido a los pacientes que se presentan sin cita o en situaciones de urgencia. Por ello, reclama la activación durante 24 horas de los Puntos de Atención Continuada (PAC), un recurso que evitaría que los usuarios en los dos supuestos anteriores colapsaran las consultas ordinarias.

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