Un estudio alicantino avala la seguridad de cambiar el color de ojos por estética
El trabajo, liderado por el oftalmólogo Jorge Alió, confirma esta técnica como una alternativa fiable a implantes de iris
No hay parte de nuestro cuerpo libre de ser regida por la estética. Los ojos son uno de los rasgos que más definen nuestra fisonomía, y como tal, no escapan a esta moda. Antes podía bastar con dejar de llevar gafas, o usar maquillaje para realzar la belleza ocular. Sin embargo, los avances oftalmológicos han permitido ir más allá, y ahora se puede incluso cambiar el color de los ojos, son solo con implantes de iris, sino mediante una intervención.
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Es lo que se conoce como queratopigmentación, una técnica ampliamente estudiada e investigada por el oftalmólogo alicantino Jorge Alió. El reconocido facultativo, junto a un equipo internacional de investigadores, acaba de publicar un estudio en el que asegura haber demostrado la seguridad y eficacia de esta práctica.
Los resultados han sido publicados en la American Journal of Ophthalmology Case Reports, y según el equipo del doctor Alió, están respaldados por más de diez años de investigaciones y publicaciones científicas de prestigio.
Analizados 166 ojos
El estudio ha permitido analizar el comportamiento de 166 ojos sanos intervenidos entre 2021 y 2023, aplicando estrictos criterios de inclusión y control. Su seguimiento se extendió durante un año con revisiones a los 3, 6 y 12 meses. Todo ello en Alicante, junto a especialistas de Irán, y bajo la dirección del catedrático de Oftalmología e Investigador de Honor de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche.
«La cirugía no mostró cambios significativos en la agudeza visual, el campo visual ni en la presión intraocular. La pérdida media de células endoteliales fue del 3,5 % tras un año, dentro de lo esperado para este tipo de procedimientos», explica el doctor Jorge Alió.
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Durante todo el proceso no se registraron complicaciones graves, como infecciones, inflamación, perforaciones corneales ni necesidad de retoques por pérdida de color, explica el equipo del oftalmólogo alicantino.
No obstante, el artículo también recoge que se registraron disminuciones leves en la sensibilidad al contraste y en el recuento de células endoteliales (aprox. 3.5 % a un año), aunque se mantuvieron dentro de rangos normales. Por otra parte, el trabajo también recomienda un seguimiento y más estudios a largo plazo para confirmar la seguridad a largo plazo.
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