La pérdida de poder desangra a Compromís
La falta de acuerdo en el seno de la coalición por la designación del senador territorial escenifica el conflicto interno y los equilibrios entre los tres partidos que la conforman
Dice un dicho popular que 'en todos lados cuecen habas'. Y es que si hablamos de política, tras las elecciones todos los partidos sufren un proceso de recolocación del poder que supone tiranteces, conflictos-más o menos escenificados- y finalmente un reajuste de los complicados equilibrios de fuerzas que rigen las organizaciones. El que gana suele tenerlo más fácil, hay más puestos para repartir y con los que contentar a las diferentes sensibilidades. Cuando se pierde las guerras por el poder se vuelven más complicadas.
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El conflicto -que ha dado emoción a un mero trámite de Les Corts como es la designación de los senadores territoriales- interno en Compromís no se puede entender sin tener en cuenta esos equilibrios en el seno de la coalición tras los comicios del 28M. Aunque la convocatoria electoral del 23J hizo un llamamiento al cierre de filas, la realidad es que Compromís es un complicado engranaje de partidos donde además también juegan los flujos de poder internos en cada una de las patas (Més, Iniciativa y Verds).
Esos mismos equilibrios son los que han llevado a que del grupo parlamentario de Les Corts, compuesto por 15 personas, tan solo 10 votaran a favor del senador territorial propuesto por la propia formación, Enric Morera. Hubo cuatro votos en blanco, la diputada número 15, Isaura Navarro, no estaba en la sesión. Los 9 diputados de Més votaron a favor, los 3 de Iniciativa en contra y los dos de Els Vers decidieron dividir su voto.
En Les Corts los 9 diputados de Més votaron a favor, los 3 de Iniciativa en contra y los dos de Els Vers decidieron dividir su voto.
Pese a lo vistoso del conflicto levantado, el hecho, más simbólico que otra cosa -Morera es senador pese a la abstención de sus compañeros-, escenifica el malestar de Iniciativa. Esta vez la formación que lideró Mónica Oltra hace públicos sus desencuentros con sus compañeros de coalición, Més Compromís -el antiguo Bloc.
No es la primera y, a no ser que por un revés del destino esto suponga el fin de la coalición, no será la última. Iniciativa, con tradicionalmente menos peso en afiliación que Més mantiene un equilibrio complicado con sus compañeros de juego. Mientras se negocia y hay consenso son un matrimonio bien avenido, en el momento en que Més trata de imponer su postura se levantan de la mesa.
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En este caso, desde Més afirman que no había consenso en el grupo parlamentario, que era necesario tomar una decisión y presentar un nombre y que el órgano que toma esa decisión es el grupo parlamentario y eso hicieron, proponer a Enric Morera, uno de los fundadores de la coalición y ex president de Les Corts, frente a la propuesta de Iniciativa de mantener en este cargo a Carles Mulet -que lleva 8 años en este organismo-. Con un detalle, a esa reunión del grupo no acudió nadie del otro partido de la coalición. Los puentes ya estaban rotos. La formación ecosocialista lanzaba un comunicado informando de que no acudiría a ninguno de los órganos conjuntos de la coalición hasta nueva orden.
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Desde Iniciativa, las cosas se ven diferentes. Afirman que el cargo de senador les correspondía a ellos elegirlo en base al acuerdo para las elecciones autonómicas de la coalición. Según el mismo a Més le correspondería un 60% de los cargos institucionales, a Iniciativa un 35% y a Verds un 15%. La designación de senador territorial serviría para equilibrar estos porcentajes que según los resultados electorales después de las autonómicas dejaban a Iniciativa infrarrepresentada. El que Més imponga su fuerza en esta votación para hacer valer su propuesta supone un agravio para Iniciativa, que parece sumarse a una tensión creciente entre los dos socios. No están contentos con el equilibrio de cargos, del personal de confianza o de responsabilidades en las instituciones y consideran que Més intenta acaparar todos los puestos.
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Aunque es cierto que tras las generales Iniciativa manda un diputado al Congreso y Més otro. Los de Mónica Oltra insisten en que el acuerdo es para las autonómicas y el Congreso va por otro lado, y los de Águeda Micó en que en cuestión de representación institucional es igual lo uno que lo otro.
A partir de ahí empiezan los cruces de opiniones. Desde Més entienden que esto es un conflicto más, una escenificación como cuando Iniciativa dejó plantado a Baldoví en el primer acto de la precampaña tras el anuncio sin consensuar de su candidatura por Valencia, y que el conflicto acabará solucionándose de manera orgánica. Desde Iniciativa consideran que este es otro pulso más de Més para acaparar el máximo poder dentro de la coalición. Algo que aleja a las patas de Compromís en un momento en que el barco hace aguas por todos lados y el Botànic ha pasado a mejor vida.
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Y es que, aunque los conflictos internos no sean extraños en el seno de la coalición, y eso que la mayoría se quedan en los círculos de la organización o en Twitter, la realidad es que los equilibrios están rotos. Las correlaciones de fuerzas que llevaron a Compromís a convertirse en parte imprescindible del gobierno autonómico hace tiempo que quedaron caducas sin que la coalición haya encontrado nuevos mecanismos.
Y es que este conflicto no se habría dado con Mónica Oltra como todopoderosa dirigente de Iniciativa y cara visible de Compromís. O al menos de la misma manera, aunque Més tuviera más afiliados tenían claro que no habrían llegado a gobernar la ciudad de Valencia sin el magnetismo de la exvicepresidenta. Y es que, su liderazgo de la coalición era indiscutible y en no pocas ocasiones era ella misma la que daba el golpe sobre la mesa en los equilibrios entre Iniciativa y Més.
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Con Oltra desaparecida la formación no ha llegado a encontrar nuevos liderazgos carismáticos que atraigan tanto consenso a su alrededor
Con Oltra desaparecida la formación no ha llegado a encontrar nuevos liderazgos carismáticos que atraigan tanto consenso a su alrededor. Porque aunque Iniciativa tiene al frente nuevas caras y asegura haber superado la marcha precipitada de la exvicepresidenta, ni los nuevos liderazgos están tan consolidados en la coalición, ni dejan de soñar con la vuelta a la política de Oltra como una heroína renaciendo de sus cenizas. Esta opción mantiene a la formación un poco a la espera.
Pero no es la única razón. En Iniciativa son conscientes de que hay que reajustar los equilibrios de la coalición, por eso mismo hace pocos meses los órganos del partido decidieron buscar nuevas fórmulas de entendimiento, caminando hacia la federación o incluso la constitución como una sola formación de Iniciativa y Més. Pero también ven con muy buenos ojos a otras formaciones, de hecho, fue la Iniciativa de Mónica Oltra la que corrió a los brazos del proyecto de Yolanda Díaz antes incluso de conocer su nombre. También parece que la campaña electoral del 23J ha curando viejas heridas incluso con Izquierda Unida, formación de la que se escindieron. Algunos empiezan a acariciar la idea de que serían mucho más felices con otras formaciones de izquierdas que con sus actuales compañeros de baile.
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El difícil papel de VerdsEquo
El partido ecologista forma también parte de Compromís, aunque están más acostumbrados a pasar desapercibidos entre Més e Iniciativa. Y es que sus ritmos y maneras de funcionamiento son muy diferentes de Iniciativa y de Més. La formación bebe del partido Verde europeo y son un partido a nivel nacional aunque con gran independencia regional, de hecho no es raro verlos acudir en coalición con diferentes formaciones de izquierdas en cada autonomía.
En este conflicto Verds ha tratado de mantenerse al margen como bien demuestra la división de votos en Les Corts -uno a favor y una abstención). La formación no contempla la disolución de la coalición. Y lo cierto es que permanece un poco a la expectativa de un conflicto de intereses que no es la primera vez que observan con resignación y estoicismo. Aunque la postura del partido es que los cargos insitucionales no deben alargarse más de dos legislaturas para favorecer la renovación.
Pero Més también está en un momento de inestabilidad. La formación se encuentra en pleno cambio de equilibrio de fuerzas internas. De hecho, el nombramiento de Agueda Micó como diputada en el Congreso le obliga a dimitir como secretaria general de su partido. Pero internamente las cosas también están caldeadas, la dimisión de Micó mueve los cimientos de la formación con un proceso precongresual en el que también presionan el exconseller Marzà y el alicantino Fullana le tomarán el pulso hasta el congreso que será en 2024.
La realidad es que de las viejas glorias que dieron forma a Compromís cada vez quedan menos activos. El ejemplo es Morera al que aunque se haya recuperado para el Senado la realidad es que su propio partido le apartó de las listas para el 28M, Oltra fuera de juego, los Mollà defenestrados... Parece que lo que urge a Compromís es la refundación o al menos un debate sobre qué quieren ser de mayores y si juntos o separados. Porque la gallina de los huevos de oro da signos de agotamiento y los recursos materiales y humanos que daba el gobernar se han acabado. Es el turno del trabajo interno.
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