Viaje en el tiempo de mano de las Fiestas del Medievo de Villena
La ciudad celebra entre el 8 y el 10 de marzo este evento en las calles del casco histórico, bajo los pies del Castillo de la Atalaya
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Viernes, 8 de marzo 2024, 07:24
Cada año, antes de que termine el invierno y llegue la primavera, el barrio de El Rabal, entorno urbano de origen árabe en el corazón de Villena, regresa al pasado para unir en sus tres días de fiestas lo mejor de la cultura ancestral en la que coincidieron culturas y costumbres diferentes. Las Fiestas del Medievo, que se celebran entre el 8 y el 10 de marzo, son la celebración de una Ciudad de Frontera que a lo largo de la historia ha sabido empaparse de lo mejor de los pueblos del Mediterráneo, de la sabiduría de las culturas de la Meseta y de todo el vestigio dejado por los diferentes pueblos que han atravesado sus tierras.
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Esta Fiesta, que se remonta a 2002 de la mano e iniciativa popular de los vecinos del Barrio de El Rabal, hoy es uno de los eventos más importantes de este tipo de toda España. Une a miles de personas, y mezcla en su programación música, teatro, comercio, gastronomía, actividades infantiles, la Batalla de las Lechugas o la posibilidad – real y legal – de contraer matrimonio en un entorno único, vestido como hace 10 siglos, ataviados conforme a la época, y bajo la sombra del Castillo de La Atalaya, una fortaleza del siglo XII sobre la que todo gira.
Estas Fiestas del Medievo están declaradas Fiestas de Interés Turístico Autonómico por la Generalitat Valenciana y se desarrollan por el laberíntico correr de las calles, callejones estrechos, rincones pintorescos coronados por el Castillo, punto neurálgico de muchos acontecimientos de importancia histórica.
Sus calles se llenan de comercios de todo tipo vinculados a la artesanía, a la gastronomía y a los productos únicos, elaborados por artesanos venidos de todos los rincones de la península.
El color y la música inunda sus calles desde el inicio de la programación y la apertura oficial de las Fiestas del Medievo, que tradicionalmente arrancan en la tarde del viernes con la representación de la visita de los Reyes Católicos en 1488 a Villena. Con esta apertura oficial se suceden las diferentes actividades, como las Bodas Medievales, las luchas entre caballeros a las puertas del Castillo, la procesión de las Antorchas desde la zona baja del Barrio de El Rabal hasta ascender a la fortaleza.
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En esos días se suceden planes y espectáculos vinculados a diferentes al mundo medieval: visitas guiadas en varios idiomas, los tradicionales pasacalles de gigantes y cabezudos, así como espectáculos de todo tipo, conciertos, danza y bailes medievales.
Las Fiestas del Medievo son ocio y diversión para todos los públicos, pero también abren nuevas ventanas al conocimiento a través de talleres, como los vinculados a la escritura árabe, a la escritura y caligrafía medieval, o las ponencias que ofrecen personalidades de alto nivel como el director de la Casa Sefarad de Córdoba, Sebastián de la Obra, sobre 'Tradiciones y costumbres de nuestros hispanojudíos: siglos de historia».
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Diversión para toda la familia
Los niños son protagonistas de estas Fiestas de retorno a la Edad Media. La programación está plagada de actividades abiertas al público familiar como el tiro con arco, exposiciones de armas, talleres de maquillaje, taller de joyería, sesiones de teatro infantil, magia, ajedrez de calle, y los emocionantes combates medievales que se repiten a lo largo de las jornadas a las puertas y en la explanada del Castillo de Villena. Muchas de estas actividades están desarrolladas por compañías profesionales, pero el origen popular de esta festividad no se pierde e integra también al conjunto de la sociedad villenense. Son muchos los grupos de escolares quienes participan y desarrollan actividades para todos los públicos.
Una de las citas de la programación más impresionante es la Procesión de las Antorchas, que se realiza desde la plaza de Biar hasta la puerta del Castillo de la Atalaya. Un recorrido a oscuras, solo iluminado por la luz de las teas hasta llegar al destino, bajo el sonido de los tambores. Una recuperación ancestral de un rito vinculado a librar a la ciudad de la negativa presencia de brujas, brujos y malos espíritus. Su llegada al Castillo coincide a medianoche con los fuegos artificiales que son lanzados desde la Iglesia de Santa María, cuya luz ilumina todo el centro histórico de esta histórica ciudad.
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En sus calles se podrá disfrutar de las exhibiciones de tiro con arco, del vuelo de las rapaces, talleres demostrativos del cardado de lana, o las visitas a las cuevas de la ciudad, convertidas en verdaderos museos históricos que relatan el paso del tiempo sobre Villena.
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