Nino: «Mi objetivo es ir poco a poco, como cuando fui jugador, el camino me dirá hasta dónde puedo llegar»

Desde que dejó de jugar, Nino no se ha alejado del césped. La leyenda del Elche CF (máximo goleador histórico del club) ha vivido una transición lógica: ha cambiado los goles por la pizarra. Durante cuatro años ha sido segundo entrenador en Elche Ilicitano intentando aportar su granito de arena en la cantera franjiverde.

Pero sobre todo un periodo donde ha estado aprendiendo, sumando experiencia y asumiendo cada vez más responsabilidades. Ahora, da un paso adelante: esta temporada será el primer entrenador del Juvenil, su primera experiencia de este tipo.

Sin hacer mucho ruido, Nino ha empezado esta nueva etapa con la misma calma y compromiso que siempre le han acompañado. Hablando desde la experiencia, pero también con la humildad de quien sabe que aún tiene mucho que aprender, en esta entrevista con TodoAlicante, reflexiona sobre su nuevo rol, cómo ve el fútbol base, la importancia de cuidar a los jóvenes,… Pero dejando claro que la ambición sigue intacta.

Después de dejar atrás su etapa como futbolista, Nino tenía claro cuál sería su siguiente paso. «Después de abandonar el fútbol activo como jugador, lo más cercano y lo que más me apetecía era poder ser entrenador», comienza explicando. «Por lo tanto, después de un proceso de cuatro años como segundo entrenador, donde he compartido experiencias con varios entrenadores, la verdad es que creo que era el momento de dar el paso. Estoy muy contento por la decisión que he tomado.»

Lejos de los nervios, su estreno como primer entrenador cuenta que lo ha vivido con bastante naturalidad. «No, nada especial», responde al recordar su primer día al frente del grupo. «A lo largo de los cuatro años que llevo como segundo entrenador he tenido la experiencia o los momentos de hacer de primero, porque el míster estaba sancionado o tenía motivos personales. He ejercido de primero en muchas ocasiones, así que no ha sido nada nuevo en ese sentido. Pero encantado por ello.»

El fútbol no se vive igual en las botas que en el área técnica. Nino reconoce que «es diferente». «Como jugador lo controlas tú a nivel personal, pero como entrenador tienes que controlar muchas situaciones del partido, muchos detalles, que te pueden llevar a ganar o a perder. Y, evidentemente, hay una tensión de 90 minutos donde un error tuyo puede desestabilizar al equipo. Así que hay un nivel de concentración muy alto».

Ahora que su voz guía al vestuario, Nino tiene clara la identidad que busca para su equipo: «Quiero un equipo ordenado, un equipo vertical, un equipo que sea ofensivo, que sea responsable… un equipo que controle los aspectos del juego.» Aunque es consciente de que no todo se puede controlar desde fuera. «Una cosa es lo que tú puedas pedir desde fuera, y otra cosa lo que se pueda ejecutar dentro del campo. Pero, en cierto modo, quiero un equipo ordenado, tanto ofensiva como defensivamente, y con cierta libertad para esos jugadores ofensivos. No quiero quitarles esa energía, esa chispa.»

En esta etapa formativa, su objetivo va más allá del balón. «Formar personas y formar futbolistas… es una mezcla», asegura. «Quiero darles mucho cariño y prepararlos para que en el día de mañana tengan la suerte de poder estar en el primer equipo. Hay que ir muy despacito, ir metiéndoles conceptos y detalles importantes en todos los sentidos. Tenemos que cuidar todos esos detalles.»

Aunque ahora esté centrado en el fútbol base, no cierra la puerta a una carrera como entrenador profesional. «Evidentemente, cuando empiezas, igual que cuando era jugador, mi idea era simplemente jugar al fútbol. Pero el tiempo me dijo que quería mucho más. Fui más ambicioso, quería llegar a Primera División… y lo pude conseguir».

Con el mismo espíritu afronta esta nueva etapa. «A nivel de entrenador, mi objetivo hoy en día es mañana, pasado… ir poco a poco. Y a partir de ahí, el camino me dirá hasta dónde puedo llegar. Así que, a día de hoy, estoy muy contento por la decisión que he tomado. Con mucha ilusión, con muchas ganas, con mucha pasión,…y sobre todo trabajando en el día a día».

Con la calma de quien lo ha dado todo sobre el césped y las ganas intactas de quien se lanza a una nueva aventura, Nino afronta esta etapa con los pies en el suelo, pero con ilusión. El futuro, como en el fútbol, siempre es una incógnita. Pero su manera de afrontarlo no ha cambiado: trabajo, humildad y esa pasión que nunca se fue.

Hoy entrena en el fútbol base, mañana nadie lo sabe. Y no le preocupa. «Ir poco a poco», repite, como si lo llevara tatuado. Como cuando empezó desde un rincón de Almería soñando con llegar a Primera. Y es que, aunque ya no vista de corto como futbolista, Nino sigue jugando. Solo que ahora el partido se juega desde otra línea. La de banda.

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