La escritora Maribel Barreiro. José Ramón Ladra

Maribel Barreiro

Escritora
«Yo no necesito salvar el alma de la gente»

En 'Jaque a Lucifer', una pareja de detectives debe resolver el crimen de un mafioso ruso a los pies de la estatua del Ángel Caído, en una trama de drogas y criptomonedas

Miércoles, 3 de diciembre 2025, 00:37

Escritora tardía, que comenzó a cursar talleres de creación literaria y a escribir sus primeros cuentos después de la jubilación como abogada, Maribel Barreiro debuta en la novela con un 'thriller' policíaco. Titulado 'Jaque a Lucifer' indaga en un crimen a un mafioso ruso debajo de la estatua del Ángel Caído en el parque de El Retiro, un territorio bajo el fuego cruzado del narcotráfico y donde se reúnen los aficionados al ajedrez. «Para mí, las drogas son el infierno en la Tierra», dice. «Trabajo los símiles para dar a entender que el cielo es el paraíso hasta que llegan las drogas, que es la pérdida de la voluntad. En la novela, el inspector López, su protagonista, es el arcángel que los echa del cielo y toda la lucha del inspector es contra la droga».

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-¿Por qué hace que al inspector le acompañe un joven aprendiz?

-Porque da mucho juego. Aunque los más jóvenes no se dan cuenta, hay una dicotomía enorme entre determinadas edades, como la costumbre de leer libros y no TikTok, o a jugar ajedrez en vez de estar con las nuevas tecnologías. Pero ellos también son muchísimo más deportistas. El que no corre va al gimnasio después de jornadas maratonianas de trabajo. Y la ingenuidad del ayudante contrasta con las vivencias del inspector, y sus opiniones y puntos de vista son totalmente distintos.

-Hay elementos que recuerdan a Arthur Conan Doyle y a Agatha Christie. ¿Cuáles son sus influencias?

-A mí el que me gusta mucho es Domingo Villar (autor de 'La playa de los ahogados', entre otras novelas), que hace muy bien ese juego entre el inspector y el ayudante, y recoge mucho la filosofía gallega. Me encanta, es una pena que sufriera un infarto tan joven, porque prometía muchísimo. Probablemente me ha inspirado su inspector Caldas, muy introspectivo, y algo del comisario Montalbano (personaje de Andrea Camilleri). Pensé también en Fuenteovejuna (obra de Lope de Vega), que leí en el colegio.

-¿Cuál es el germen del libro?

-La pura imaginación y, cuando tengo un esqueleto, busco casos reales y me invento historias sobre esos casos, como la mafia que operaba en Levante, donde compraba negocios. O lo que sucede en una sociedad en la que nadie está exento de poder caer en el mundo de la droga. La realidad es muchísimo más potente que la imaginación, y la sobrepasa en mucho.

-Dice que en España la mafia rusa ha penetrado en lo económico.

-Como los capos italianos, tienen unas reglas muy claras de lo que se puede y lo que no se puede hacer. Cuando llegaron no eran asesinatos ni muertes sino lavado de dinero en restaurantes o bancos. Me sorprendió que tenían su fondo de solidaridad para la mujer o la viuda o sus hijos, si los mataban o apresaban.

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–¿Cómo fue ese proceso previo de documentación?

–Esta novela es un tanto peculiar, porque se mezclan muchos mundos distintos. Una de las partes que más me costó fue la de las criptomonedas y los activos no fungibles, para la trama del hacker que engaña a la mafia.

-¿Y sus personajes también son reales?

-Están inspirados en alguien de mi alrededor o que he visto por la calle. No en una característica, sino en un conjunto. Y eso es real. Armo un personaje con esas formas de ser. Un amigo que no sale, otro que llena las reuniones con su alegría… Soy una especie de ladrona de rasgos de la gente. Voy mirándola, a ver cómo los puedo utilizar.

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-¿Era El Retiro el mejor escenario para el crimen?

-He vivido muy cerca y lo he paseado mucho. De pequeña y luego como madre. Tenía que ser ahí y además en la estatua del Ángel Caído, que está en una cota sobre el nivel del mar con el número del diablo. Eran muchísimas coincidencias como para no aprovecharlas.

-¿Hay un mensaje final?

-No hay moralejas, que están muy bien para los cuentos de los niños, pero no en las novelas negras. Yo no necesito salvar el alma de la gente. Hay acontecimientos que dan un resultado y un análisis de las piedrecitas que vas dejando.

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