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Alejandro Navas (Alicante, 1996) tenía claro cuál era su sueño desde bien pequeño. En su colegio, entre clase y clase, sacaba el lápiz del 2B de su estuche con doble cremallera para bocetar una colección de vestidos e improvisar una pasarela de última moda en la libreta. Con los años, y gracias a las clases de dibujo, fue dando forma a sus creaciones hasta el punto de dejar boquiabiertos a sus compañeros con algún que otro lienzo pintado en las clases de Plástica durante Secundaria.
Tras su paso por las Salesianas de Alicante, cambió de centro y cursó el bachillerato Artístico en el IES Playa de San Juan antes de dar su gran salto a Valencia para estudiar Diseño de Moda en la Escuela de Arte y Superior de Diseño. Fue en esta etapa, cuando decidió ampliar su formación -además de sus miras- y voló hasta Nápoles para seguir aprendiendo sobre su pasión en la Academia de Moda. En aquellos momentos «aún no había terminado la carrera», recuerda, y ya consiguió trabajo en Peris Costumes, la «mejor empresa de alquiler vestuario de Europa».
Con la formación, los conceptos y la práctica bien adquiridos, este alicantino tomó la decisión que ha marcado el rumbo de su etapa adulta. «Decidí dedicarme al vestuario y, más concretamente, al cine». Es ahí donde entró en juego su cultura familiar, esa de ir los sábados a ver películas a las salas y darse cuenta de que ese era el camino a seguir. «Crecí viendo actores y actrices interpretar» con la vista puesto en aquello que llevaban puesto. «De pequeño confundía lo que era la moda con el vestuario» y, tras conocer de cerca este detalle, supo sacar su reflexión: «Es creación de personaje. Esconder a un actor para dar a luz a su interpretación. Eso es lo que me fascina».
Así, con las ideas aclaradas es cuando Navas da el golpe sobre la mesa y explica bien su papel. «Me dedico al audiovisual, al cine y también podría hacer teatro, y me gusta dar personalidad y tapar al actor para que entre en el personaje que toca». Esta es la función que desarrolla durante sus últimos años de trayectoria en la pequeña y gran pantalla. Si bien arrancó como mozo de almacén cargando y descargando camiones de vestuario, es desde que admiraron su potencial en el ámbito del diseño cuando se halla tras las cámaras -y ante ellas en algún que otro momento de parón para proceder a los meticulosos arreglos- dando personalidad, mimo y cuidado a la indumentaria de los personajes.
Esto último es lo que ha hecho durante meses en el rodaje de la última película de J. A. Bayona, 'La sociedad de la nieve'. Ha sido entre viajes y estancias en Sierra Nevada (Granada), Madrid, Uruguay y los Andes chilenos donde ha trabajado para que el vestuario de esta cinta, diseñado por Julio Suárez, se viera impecable. Entre sus funciones, «defender las decisiones estéticas que ha tomado el diseñador con anterioridad junto al director, las productoras y el diseñador de producción», así como «supervisar la continuidad y el raccord», es decir, la unión entre dos planos grabados en un mismo momento desde diferentes perspectivas o en diferentes tiempos y deben encadenarse para la toma definitiva en pantalla.
Es en esto último donde el detalle es la máxima prioridad. «Es un trabajo exhaustivo y agotador, porque es una película con una continuidad muy directa todo el rato», asegura Alejandro Navas tras vivir el rodaje en primera persona mientras coordinaba las labores de vestuario. Y es que este elemento era su «mayor hándicap» porque los personajes «no cambian de ropa, pero sí añaden prendas». A esto se suma también el control de la escena, pues hay «muchos actores en esta historia, son 45 pasajeros de avión que se estrellan» y todos ellos pasan mucho tiempo escena con «un espacio reducido», por lo que tanto él como el equipo -uno de los más grandes en los que ha trabajado al contar con 22 personas (solo en vestuario) en varios turnos- deben estar «muy atentos a que todo estuviera bonito estéticamente y tuviera sentido».
Otro de los retos ha sido el de mantener la ropa. El propio rodaje como las condiciones meteorológicas producían desgaste y roturas en las prendas, además de suciedad. Era en Sudamérica, donde -debido a los recursos instalados en una zona compleja para la grabación, los mismos escenarios hostiles por los que caminaron las víctimas de la tragedia en 1972- tenían que lavar la ropa «a mano en un barreño de agua fría y dejarlo todo secando en la chimenea» con el miedo a que no estuviera listo para el momento de dar acción. Sin embargo, los nervios pasaban al contemplar las escenas y los diseños que los actores portaban en ellas. En el caso de Navas, «todos son hermosos», pero su favorito es el de Roberto Canessa «cuando está peregrinando en busca de algún tipo de vida en la última expedición». Ahí se puede admirar la superposición de jerséis, colores y capas, «estando pendientes de que en la cámara se vieran las cuatro mangas asomando».
Alejandro Navas
Sastre de set en 'La sociedad de la nieve'
Son esos pequeños detalles los que marcan la esencia de una película o de una serie, porque como bien reivindica el diseñador alicantino. «A veces no se le da el reconocimiento que debería», lamenta, sobre todo, cuando la gente piensa que todo el mundo es capaz de hacerlo porque es como vestirse de forma rutinaria. En el caso del audiovisual, el diseño de la indumentaria resulta «complejísimo» porque «requiere interpretar la psique, los pensamientos y la personalidad de los personajes para, después, traducirlo a un actor, a un cuerpo ya definido». Es este paso el que permite «definir el arco evolutivo» de cualquier trama y, también, «lo que hace que diferencies a un personaje de otro. Este trabajo es vital para la industria».
Son cuatro años de actividad frenética los que este alicantino lleva a sus espaldas. El mundo del cine funciona así, «no puedes planificar un año trabajo porque el siguiente proyecto no te llega hasta la mitad del próximo», explica Alejandro Navas. Así es como ha ido encadenando películas y series, pasando de trabajar en el vestuario de 'La sociedad de la nieve' en un glaciar de los Andes a la última serie de los Javis, con otros trabajos de por medio.
En su caso, arrancó su trayectoria en el panorama nacional y destaca su participación en el set de vestuario de series como 'Los herederos de la tierra' y 'La mesías'. Fue en 'Sin límites' donde tuvo su primera toma de contacto «entre el mundo nacional e internacional». De este modo, al ir conociendo a compañeros y referentes, de la talla de Nerea Torrijos y Saioa Lara, ha ido llenando de éxito su buenhacer.
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En este sentido, el no parar y sus ganas por seguir aprendiendo y creciendo en el panorama del vestuario y del audiovisual ha hecho que este alicantino colabore con series como 'The Crown' o 'Doctor Death', además de otras de Skyshowtime como 'Special Ops: Lioness', protagonizada por Zoe Saldaña, Nicole Kidman y Morgan Freeman. En estas, Navas ha operado como técnico de vestuario o asistente de diseñador, puestos que ha ocupado hasta diciembre, mes en que regresó desde Argentina tras haber debutado como diseñador de vestuario en 'Porque soy grande'.
Es tras este último rodaje, cuando el diseñador alicantino se encuentra en un momento de descanso personal antes de emprender su próxima aventura, una película que se rodará el próximo mes de marzo en Euskadi. Mientras tanto, aprovecha para «dedicarme a mis cosas, a mi familia, a mis amigos y a recuperar vacaciones» antes de continuar forjándose su nombre en el séptimo arte y con la vista puesta en «que me llamen para trabajar en Alicante», ciudad que acogerá -en los estudios de Ciudad de la Luz- la próxima película de Amenábar.
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