Evolución del fenómeno meteorológico el día 29 de octubre de 2024 desde las 02.00 hasta las 22.00 horas. Satélite EUMETSAT.

Así se fraguó la tormenta que arrasó Valencia

El 29 de octubre de 2024, una dana alimentada por un Mediterráneo recalentado descargó una cantidad de lluvia sin precedentes. Lo que cayó no fue solo agua, fue el resultado de un engranaje perfecto para la catástrofe

Miércoles, 29 de octubre 2025, 07:21

Unos nubarrones negros descargaron sobre Valencia una cantidad inédita de agua en apenas doce horas. Los récords históricos de lluvia quedaron pulverizados, uno tras otro. Pero hubo más, porque del cielo cayó mucho más que agua: cayó devastación. En una tierra acostumbrada a más de trescientos días de sol al año y a brisas templadas, pero también a alguna desgracia marcada por precipitaciones históricas, como la pantanada de Tous en 1982 o las riadas de 1957, el pasado 29 de octubre se rompió, una vez más, el frágil equilibrio entre calma y catástrofe.

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Calles anegadas, casas arrasadas, negocios perdidos, huertas convertidas en barrizales y muertes. Muchas muertes. Demasiadas. El agua dejó un paisaje emocional marcado por la tristeza, la sorpresa y la estupefacción.

Doce meses después, regresamos a aquel episodio meteorológico para entenderlo con la distancia que permite el tiempo y con el respaldo de los datos que ha dejado la ciencia. Porque lo ocurrido no fue un accidente aislado. Fue la consecuencia de una atmósfera que se fue cargando día tras día, de un mar más cálido de lo normal y de una configuración perfecta para que el cielo se abriera con una violencia sin precedentes. Saber qué condiciones hicieron que la tormenta fuera tan destructiva es imprescindible para intentar prever si una tragedia de tal magnitud puede repetirse.

Situación inicial

Ninguna tormenta nace de la nada. Esta tampoco. En los días previos al 29 de octubre de 2024, la atmósfera sobre el Mediterráneo occidental reunió los ingredientes perfectos para un episodio extremo. Octubre había sido un mes anómalamente cálido, con temperaturas por encima de la media y un mar que actuaba como un depósito de energía. Sobre ese escenario, la llegada de aire frío en altura y la formación de una dana activaron un mecanismo que fue intensificándose jornada tras jornada. El contraste térmico, la humedad acumulada y la circulación atmosférica crearon un entorno explosivo que desembocó en un temporal histórico.

Octubre de 2024 fue un mes muy húmedo y cálido en la Comunitat Valenciana, primer engranaje del fenómeno meteorológico:

La temperatura media fue de 17,8 °C, un valor que supera en 1,2 °C el promedio climático de referencia para el periodo 1991–2020. En otras palabras, se situó claramente por encima de lo que se considera normal, lo que confirma la persistencia de una tendencia cálida en los últimos años. Además, octubre de 2024 se situó entre los quince más calurosos desde 1950 y, aunque no alcanzó los valores extremos de 2022 (19,2 °C) ni de 2013, 2014 y 2023 (todos por encima de 18,9 °C), evidencia un claro desplazamiento térmico respecto a las décadas anteriores. Un comportamiento que refuerza la señal del calentamiento progresivo, puesto que no se trata de un hecho puntual, sino de un patrón sostenido en el tiempo.

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El análisis día por día también muestra que las temperaturas se mantuvieron por encima de la media, reforzando el carácter cálido del mes. Sin embargo, los días 26, 27 y 28 rompieron esta tendencia debido al paso de la dana, que introdujo aire frío en altura. Esto supuso un descenso térmico notable, especialmente el día 27, que con 10,5 °C, se convirtió en la jornada más fría del mes. A partir del 28, con el movimiento delfenómeno hacia el suroeste, el viento arrastró aire cálido y húmedo, lo que hizo que, a pesar del cielo cubierto de nubes y de las precipitaciones, la temperatura media fuese 2,1 °C superior a lo normal.

Estos dos hechos determinan un aire anormalmente cálido y saturado. Esto es importante porque un aire más caliente tiene más capacidad de retener vapor de agua que el aire con una temperatura normal.

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Del mar Egeo a la Comunitat. La masa de aire que llegó a Valencia el día 29 había recorrido todo el Mediterráneo en los cuatro días previos. Un viaje por zonas marítimas con anomalías de temperatura de hasta más dos grados.

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Al atravesar las aguas del Mediterráneo, anormalmente cálidas, la masa de aire fue aumentando su temperatura, de modo que, al llegar a la costa levantina, presentaba un perfil cálido continuo desde la superficie del mar hasta unos 9 km de altitud. Con ello, se incrementó aún más su carga energética y su capacidad para generar lluvias intensas. Los radares y satélites meteorológicos confirmaron ese desarrollo vertical, con nubes que alcanzaron la parte alta de la troposfera, conocidas como torres convectivas.El calor anómalo se extendió por todo el territorio, con valores superiores en más de un grado en diversos observatorios.

El Mediterráneo recalentado y la inestabilidad atmosférica crearon un escenario propicio. Solo faltaba el detonante, y este llegó con la evolución de la dana en los días previos al temporal. A partir de entonces, cada jornada fue sumando fuerza hasta convertir la amenaza en una tormenta histórica.

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El fenómeno

Las lluvias que golpearon Valencia no surgieron de improviso. Durante varios días, todos los ingredientes estaban ya sobre la mesa: una dana en evolución, humedad acumulada, inestabilidad creciente y una atmósfera cargada de energía. Día a día, esos factores fueron encajando y pusieron en marcha una rueda que terminó desatando la tragedia.

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De este modo se formaron varios sistemas convectivos de mesoescala (SCM), que afectaron a amplias zonas del este y sur de la península. Los trenes conectivos son tormentas que se desplazan en línea, una tras otra sobre una misma área durante un intervalo temporal largo. En la imagen del satélite MSG-11 se aprecian los disferentes SCM, el más fuerte sobre la provincia de Valencia, y otros dos en las zonas de las sierras de Alcaraz y Segura al sur de la provincia de Albacete.

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Imagen de las 15.00 horas del satélite MSG-11 en la que destacan las principales estructuras convectivas. AEMET

Así pues la borrasca situada frente a las islas británicas el día 25 fue el punto de partida de toda la situación. Su fuerte chorro en altura empujó hacia el sur aire frío, que acabó formando una dana sobre la península y, más tarde, una borrasca fría aislada sobre el golfo de Cádiz. Este sistema actuó como un «aspirador» atmosférico, atrayendo aire desde el este.

Y ese aire no era cualquiera: era una masa cálida y húmeda procedente del Mediterráneo oriental, que llevaba varios días viajando desde el mar Egeo.

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El día 29

Y llegamos al día en cuestión. Todo lo que se había ido tejiendo en silencio durante cinco jornadas estalló en unas horas. La calma previa se desmoronó al primer golpe de lluvia.

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  1. 03.00h

    Primeros indicios

Todo comenzó de madrugada en Muela de Cortes. En el sur del interior de la provincia de Valencia se registraron los primeros rayos, indicativo de actividad convectiva significativa y preludio del episodio severo que se desarrollaría horas más tarde.

  1. 05.00-07.00h

    Tren convectivo

Durante esta franja, se activó un primer tren convectivo (SCM) que avanzó desde la comarca de la Safor y la Vall d'Albaida hacia la Ribera Alta, la Canal de Navarrés y el sur de la Hoya de Buñol. Las precipitaciones fueron muy intensas, con registros como los 62,2 l/m² en una hora en Pinet y 148 l/m² en tres horas en Millares. Este primer núcleo dejó el terreno ya muy saturado.

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  1. 07.00-09.00h

    Máxima intensidad en el litoral

A medida que el SCM se desplazaba hacia el norte, afectó de lleno a la Ribera Alta, Hoya de Buñol y Plana de Utiel-Requena. Fue una franja de máxima violencia, con lluvias extremas como los 108 l/m² en Turís (85 en solo una hora), 98,7 l/m² en Carlet, y 99,4 l/m² en Chiva entre las 07:30 y las 09:30. Las estructuras convectivas se organizaron en líneas casi estacionarias, provocando acumulaciones muy elevadas en poco tiempo.

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  1. 09.00-12.00H

    Descenso parcial de intensidad, persitencia en el interior

Durante esta franja, la intensidad de las precipitaciones disminuyó algo en zonas como la Ribera Alta y el este de la Hoya de Buñol, pero persistieron lluvias muy fuertes en el interior, especialmente en la Plana de Utiel-Requena. Destaca el caso de Requena, donde entre las 06.00 y las 18.00 se recogieron 245,6 l/m², evidencia de la persistencia y la organización del sistema convectivo.

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  1. 12.00-16.00H

    Pico de acumulación en el interior

Las precipitaciones alcanzaron durante estas horas sus valores máximos en el interior de la provincia. Destacan los registros de 202,6 l/m² en Siete Aguas y 198,6 l/m² en Utiel, con lluvias continuadas e intensas. Estas cantidades son consecuencia de la suma de humedad y de persistencia de los núcleos tormentosos en áreas de con montañas.

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  1. 14.00-20.00H

    Supercélulas y tormentas más adversas

En esta franja se desarrollaron las tormentas más severas del día, algunas con características de supercélulas tornádicas, especialmente en el entorno de Carlet. Las supercélulas tornádicas son el tipo de tormenta más intensa y que tienen capacidad de generar tornados.

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En Turís se registraron 616,8 l/m² en solo 5 horas, y en Chiva, 384 l/m². Los vientos en capas bajas superaban los 100 km/h a 1500 metros de altitud, lo que favoreció un entorno muy favorable para el desarrollo de estructuras rotatorias y la generación de tornados.

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  1. 20.00-24.00h

    Desplazamiento hacia el norte y expansión del temporal

Durante las últimas horas del día, el tren convectivo se fue desplazando lentamente hacia el norte, afectando especialmente el valle del Turia y los embalses de Buseo y Benagéber, donde se superaron los 200 l/m² en 3 a 6 horas. El temporal también se extendió a zonas limítrofes de Castellón, Cuenca y Teruel, aunque con menor intensidad. La acumulación generalizada de agua generó una situación de emergencia hidrológica que produjo el desbordamiento de los barrancos, cuyas funestas consecuencias todos conocemos.

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Tornados, también

No estamos acostumbrados a ver tornados en esta tierra. Hasta hace poco, eran fenómenos que parecían pertenecer a otros mapas, a otras latitudes. Pero aquella violenta tormenta demostró que también aquí pueden formarse cuando todos los ingredientes coinciden. Una supercélula afectó al entorno de Carlet. El radar Doppler de la red de Aemet detectó allí una rotación persistente dentro de la tormenta (mesociclón) bien definido entre las 15.20 y las 15.40. Hecho que coincidión con el paso del núcleo más intenso por la zona. El extraño y contundente ambiente era propicio para que algo así ocurriera. La atmósfera mostraba altos valores de helicidad, un indicador claro de potencial tornádico, y una marcada cizalladura vertical que favorecía la rotación de las corrientes ascendentes. A esto se sumaba un flujo cálido y húmedo en capas bajas, alimentando la tormenta desde abajo mientras los vientos giraban en altura. Un cóctel poco habitual en el Mediterráneo, pero no imposible. Y cuando todo encaja, la violencia deja de ser ajena.

Datos observados

Este excepcional fenómeno del 29 de octubre rompió, como hemos avanzado, varios registros históricos. En unas horas se acumuló una cantidad de lluvia equivalente a varios años, y en las zonas más afectadas, la precipitación superó hasta 100 veces la media climatológica diaria para esa fecha.

El mapa de precipitación acumulada de aquel fatídico martes pone en evidencia el extraordinario gradiente pluviométrico, con zonas que pasaron de más de 300 l/m² a menos de 20 l/m² en apenas 20-30 km. Por ejemplo, mientras el interior de Valencia se teñía de morado, el litoral central y norte, incluida la ciudad de València, aparece en tonos verdes y azules, indicando registros muy por debajo de los máximos.

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Estos extraordinarios registros diarios tuvieron repercusión en los datos mensuales dando como resultado que variaciones significativas en la clasificación climatológica que se hace del territorio.

Así, la clasificación climatológica del territorio de la Comunitat en octubre de 2024 fue esta:

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Si tomamos como ejemplo 2021 que fue normal en cuanto a precipitaciones se refiere, las diferencias son evidentes:

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De hecho, en observatorios del norte de la Ribera Alta, la Hoya de Buñol, la Plana de Utiel-Requena y zonas de la Serranía como Turís, Chiva, Buñol, Utiel, Requena, Chelva, Villar del Arzobispo, Camporrobles, Sinarcas o Tuéjar, no hay constancia ni de un mes tan húmedo como el de octubre de 2024 ni de un día con una precipitación acumulada como la del día 29 de ese mes.

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Las cantidades muestran una excepcionalidad en cuanto a la magnitud pero no es inusual que esto suceda en octubre. El otoño mediterráneo es capaz de registros extremos. En la evolución histórica de lluvias en este mes, encontramos que sólo en seis ocasiones se han superado los registros de 2024 desde mediados del siglo XX. En 1982, cuando se produjo la pantanada de Tous; en 1957, año de la Riuà y en 2000, 1982, 1969 y 1965, donde se superaron los 200mm pero en episodios prolongados de varios días, en lugar de solo en 24h, como los anteriormente mencionados, y con una mayor dispersión geográfica.

Estos registros pulverizaron en más de 140 municipios las referencias ya que llovió más del 50% de lo que se considera normal; en un centenar de ellos incluso se dobló dicha referencia; en Utiel y Buñol se multiplicó por nueve; en el observatorio de la Pailla, de Chiva, por once y el récord absoluto fue de Turís con intensidades extraordinariamente altas, que multiplicaron por quince la referencia.

Para hacernos una idea más detallada: Aemet utiliza el dato de 60mm por hora para establecer lo que es una lluvia torrencial. Ese día el observatorio municipal triplicó el valor, con una marca de 185mm. Es decir, cayó la cantidad que se considera torrencial por tres.

El histórico 29 de octubre no afectó solo nuestras tierras. El temporal de lluvias torrenciales fue el de mayor precipitación acumulada en 24 horas desde enero de 2020, cuando la borrasca Gloria descargó intensamente sobre casi todo el país.

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Las cifras de Valencia eclipsan al resto de regiones pero cabe recordar que este fenómeno meteorológico también impactó en el sureste peninsular. En el interior de Murcia y áreas colindantes de Albacete, se registraron acumulados por encima de los 200 mm, afectando zonas rurales y serranas con riesgo elevado de crecidas súbitas. También en el norte de Almería y el este de Granada, las lluvias alcanzaron o superaron los 150 mm, valores excepcionales en territorios poco acostumbrados a precipitaciones tan intensas. En Málaga, especialmente en la comarca de la Axarquía y áreas del interior, los registros superaron los 100 mm, al igual que en focos localizados de Córdoba, Jaén y el oeste de Huelva, donde el temporal se hizo sentir con fuerza. Estos datos reflejan una situación atmosférica de gran escala, cuya violencia se extendió más allá del litoral valenciano.

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Estas son las principales cantidades de toda España:

En las estaciones oficiales de Aemet los registros de precipitación acumulada en 24 horas confirman la excepcionalidad del episodio en distintas zonas. Destacan acumulados superiores a los 150 mm en puntos como Álora (Málaga), Dólar (Granada), Caravaca (Murcia) y el embalse de la Fuensanta (Albacete), lo que evidencia la extensión y severidad de este episodio, también en áreas del interior peninsular y del sur.

¿Caso excepcional?

A diferencia de otros temporales históricos, esta dana combinó todos los factores necesarios para transformarse en una tormenta letal: una atmósfera extremadamente inestable, la presencia de aire cálido y saturado de humedad por la elevada temperatura del Mediterráneo y un forzamiento dinámico constante (el chorro de aire en altura). Pero eso no significa que se trate de un episodio aislado. Al contrario, el mensaje que subyace tras estas cifras es claro: estamos ante una señal de alerta sobre la creciente frecuencia y virulencia de unos fenómenos que ya no pueden considerarse anomalías, sino consecuencias directas de un clima cada vez más alterado. Y lo que es peor: el episodio del que ahora se cumple un año no será recordado en esta tierra por sus precipitaciones extremas, sino por su huella humana y emocional, que sigue doliendo como una herida abierta cada vez que alzamos la vista y oteamos con desconfianza las nubes que se acercan.

Documentación

Reportaje elaborada con los informes de Aemet: «Avance climatológico de Octubre de 2024», «Informe sobre el episodio meteorológico de lluvias torrenciales y persistentes ocasionados por una dana el día 29 de octubre de 2024» y «Estudio sobre la situación de lluvias intensas, localmente torrenciales y persistentes en la península ibérica y Baleares entre los días 28 de octubre y 4 de noviembre de 2024», además de 'Copernicus Climate Change Service' del programa de la Unión Europea gestionado por ECMWF y EUMETSAT (Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos). Textos e infografías: P. CABEZUELO.

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