Procesión de Semana Santa en un municipio de nuestro país. EFE

El decálogo del buen costalero: ¿qué hay que hacer para evitar lesiones?

Preparación, entrenamiento y equipación, el abecé que destacan los fisioterapeutas para emprender un actividad «asimilable a una competición deportiva de moderada o alta intensidad»

P. Sellés

Alicante

Martes, 4 de abril 2023, 07:25

Ninguna persona en su sano juicio correría un maratón sin un entrenamiento previo. Una aseveración que debería aplicarse de igual manera a los porteadores de pasos de Semana Santa. «Es un ejercicio asimilable a una competición deportiva de moderada o alta intensidad. La devoción no puede salvar las limitaciones biomecánicas del cuerpo».

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De esta forma tan gráfica lo expresa la fisioterapeuta Dolça Fuentes, una verdadera experta en el tratamiento de lesiones entre costaleros. A lo largo de seis años, más de 1.200 costaleros pasaron por Fisiocostal-UMH, un programa coordinado por ella misma y dirigido a la prevención y tratamiento de las lesiones derivadas de las cargas elevadas entre los devotos.

Esa experiencia le ha llevado a identificar lo que podríamos llamar el abecé del decálogo del buen costalero, basado en tres principios: correcta preparación, entrenamiento y equipación. «Tener unos brazos o piernas fuertes no es lo único que cuenta para cargar un trono de Semana Santa. Hay que prepararse como si de un deporte se tratara».

La miembro del Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana (entidad que colaboró en la realización del programa Fisiocostal-UMH) recuerda que en las cargas de a partir de 25 kilos en hombres, y 15 en mujeres, el riesgo de lesiones es muy alto, hasta llegar al 90%. «Por regla general, los costaleros soportan pesos de entre 15 y 40 kilos. En casos extremos llegan hasta 60. Esto demuestra el gran riesgo de lesión al que están sometidos», apunta Dolça.

¿Qué tipo de lesiones son las más frecuentes?

La fisioterapeuta asegura que la mayoría de las lesiones (el 52%) se producen en la zona cervical. Eso por lo menos en cuanto a los costaleros que participaron en Fisiocostal-UMH, lo que supone una muestra muy representativa de la provincia. Sin embargo, Dolça cree que la cifra no está exenta de cierto sesgo, algo que tiene que ver con el estilo de carga que se practica en Alicante. «Hay diferentes estilos de carga. Aquí se realiza el denominado 'a costal', con el que el peso recae en la parte cervical, cerca de la nuca».

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Ese estilo podría explicar el hecho de que la mayoría de lesiones se produjeran en las cervicales, muy por encima de las de carácter lumbar (22%), hombro (19%), así como esguinces y otro tipo de lesiones (7%).

Preparación: correcta nutrición y descanso

El descanso nocturno los días previos a la carga debe ser de 7 a 8 horas con tal de evitar la fatiga muscular. Además, media hora antes de la carga se debe realizar un calentamiento y estiramiento para dar flexibilidad a las partes del cuerpo que mayor demanda van a recibir. Estas son el cuello, los brazos y la cintura.

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Media hora antes de la carga se debe realizar un calentamiento y estiramiento en cuello, brazos y cintura

En el apartado nutricional, las comidas durante las jornadas de preparación deben ser suaves con tal de evitar problemas digestivos. Dolça recomienda una buena hidratación basada en agua o bebidas isotónicas.

Algo que se desaconseja taxativamente es la ingesta de alcohol, debido a su capacidad de deshidratación y su consiguiente riesgo de predisposición a lesiones musculares.

Equipamiento: calzado con agarre y acolchado

Tres prendas son esenciales en la labor del costalero: el costal, la faja, y el calzado. Empezando por esta última, cabe optar por un calzado ergonómico, con agarre y con suela que amortigüe. Las zapatillas deportivas cumplen con esos condicionantes, por lo que se antojan más adecuadas que las alpargatas u otro tipo de calzado tradicional, que al no presentar un buen agarre pueden llegar a dificultar el paso.

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La fisioterapeuta también incide en la importancia de usar el mismo calzado tanto para los ensayos como para las procesiones. Esto es así pensando en el proceso de la igualada, aquel por el cual el capataz distribuye a los porteadores bajo el trono en función de su altura y constitución. No mantener el mismo calzado podría alterar la igualada prevista en los ensayos.

El segundo de los elementos básicos es el costal, la pieza de tela que se lleva anudada a la cabeza y que protege la zona del cuello. Debe evitarse que el costal cubra la más mínima franja de visión, ya que eso podría obligar al cuello a adoptar un grado flexión inapropiado. Por tanto, el costal debe situarse en la frente y por encima de las cejas. En lo referente a la 'morcilla' (elemento acolchado) debe ponerse en la parte posterior del cuello, a unos dos dedos por encima de la nuca.

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El costal no debe cubrir la menor franja de visión, ya que eso podría obligar al cuello a adoptar un grado flexión inapropiado

El último de los componentes de esta tríada es la faja, al respecto del cual, según apunta Dolça, se ha generado un intenso debate sobre si es menos adecuada que otros recursos -como pueda ser el tradicional cinturón que se utiliza en halterofilia-. A este respecto, la fisioterapeuta apunta que si las fajas se ajustan correctamente en el lugar adecuado pueden hacer un gran papel. A su vez, también considera idóneo optar por el cinturón de halterofilia por debajo a la faja como complemento a la misma.

Entrenamiento: trabajar una buena técnica

Como en todo deporte, la técnica es una parte esencial en el ejercicio de la carga. Dolça habla de la importancia de mantener una «higiene postural correcta» tanto en la elevación como en el transporte del trono, manteniendo para ello un gesto ergonómico.

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Para la elevación, la espalda debe estar recta y en vertical, ejerciendo la fuerza con las piernas. Al mismo tiempo, hay que expulsar el aire durante el acto de subida; y es que en caso de cerrar la garganta se estaría disminuyendo el aporte de sangre a partes esenciales del cuerpo.

Para la elevación, la espalda debe estar recta y en vertical, ejerciendo la fuerza con las piernas

Una vez en alto, no deben hacerse inclinaciones laterales ni giros o torsiones de la espalda. Además, la cabeza y cuello deben someterse a una flexión de entre 25 y 30º; en caso de no ser así, se incrementa el riesgo de lesiones cervicales.

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Para interiorizar esta buena praxis, se requiere «aprendizaje y coordinación», por lo que Dolça recomienda encarecidamente a los costaleros participar en los ensayos que las cofradías suelen convocar entre dos y tres meses antes de Semana Santa.

Recomendaciones publicadas en una guía

Parte de estas recomendaciones están reflejadas en una guía elaborada en el marco del programa Fisiocostal-UMH para la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Elche, que se puede consultar en su página web.

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183 alumnos de fisioterapia y más de 1.200 costaleros tomaron parte de las seis ediciones del programa Fisiocostal-UMH

Dolça pone en valor el desarrollo de aquel proyecto impulsado por la Universidad Miguel Hernández de Elche entre 2014-2019, y destaca, por encima de todo, la predisposición de los estudiantes de fisioterapia a participar en el mismo.

Hasta 183 futuros egresados tomaron partido, la mayoría sacrificando sus propias vacaciones de Semana Santa para tratar a los costaleros ilicitanos. De hecho, fue un estudiante, llamado Alfonso Guijarro, quien debido a su faceta costalera propuso la idea de emprender el proyecto.

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Para Dolça, aquella fue una iniciativa que demuestra cómo la fisioterapia «tiene muchos recursos sociosanitarios que ofrecer para mejorar la calidad de vida de la gente», a los cuales, lamenta, el sistema no permite sacarles suficiente partido.

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