La Santa Cena, Redención, el Perdón, Benalúa y la Buena Muerte el Jueves Santo en Alicante

El Jueves Santo, día de la crucifixión y muerte de Cristo, cuenta con cinco Cofradías y Hermandades que procesionan en la ciudad de Alicante. Lo hacen desde diversos puntos: las parroquias de San Antonio de Padua y María Auxiliadora, la Concatedral de San Nicolás y la Parroquia de San Juan Bautista.

A su paso por las calles de la ciudad llenan las calles de música, oraciones e, incluso, silencio. Cada una de ellas cuenta con elementos distintivos que ponen en valor la riqueza patrimonial, cultural y de advocaciones que tiene Alicante.

Además, son varias las que ofrecen encuentro entre sus propios pasos, así como entre dos Cofradías, como es el caso del Cristo de la Paz de Benalúa y María Santísima del Mayor Dolor.

Fue el año pasado cuando esta procesión decidió innovar en uno de sus pasos con la colocación de luces LED para iluminar las imágenes de Jesucristo y los apóstoles. Sin embargo, este año empleará un sistema estático para evitar un baile de color que quite atención a la Santa Cena. Eso sí, la comida de este paso -el más grande de España- es auténtica y, según comentan fuentes de la Hermandad, después se dona a los más necesitados.

Cuentan con cuatro pasos, muy vinculados a los colegios salesianos de la ciudad, Don Bosco y María Auxiliadora. Son muchos de sus alumnos y egresados, además de profesores y familiares, los que participan en cada una de las fases de la procesión: costaleros, damas de mantilla y hermanos de fila, entre otros.

Su salida, desde el patio del Centro Juvenil Tucumán -la casa salesiana anexionada a la Parroquia de María Auxiliadora, tras la Diputación de Alicante- es un momento de riesgo y emoción debido a la pronunciada cuesta que conecta este espacio con la calle Médico Ferré Viadela. Es el paso de la Santa Cena -tallado por Juan de Ávalos, Ortega Bru y V. Salvador en 1962- el que más sufre la entronización en las calles.

A este le sigue el Santísimo Cristo de la Caída, obra de Hernández Navarro en 1994, junto al Cristo Esperanza de los Jóvenes, una escultura anónima del siglo XIX, y la Maria Madre de Misericordia Auxiliadora del Pueblo Cristiano -talla de Hernández Navarro en 1995-.

Dichos pasos circulan hasta la avenida de la estación por diferentes calles para realizar un encuentro a cuatro bandas y dirección a su salida. Tras este emotivo acto, desfilan por las calles de la zona del Mercado Central hasta arribar a la Carrera Oficial. Es al final de la Rambla, junto a la calle San Fernando, donde recogen cada uno de los tronos tras la marcha por las calles de Alicante.

Una de las curiosidades de esta procesión es la narración de los sucesos de la Pasión, referentes a cada uno de los tronos, durante su salida y llegada a la avenida de la Estación, en la puerta de la Diputación de Alicante. Además, cada uno de ellos porta diferentes reliquias que simbolizan el Via Crucis de Cristo hasta su muerte en la cruz. Como novedad, este año se realizó un acto de entronización y exaltación del Cristo de los Jóvenes en la Parroquia.

Esta Hermandad cuenta con cinco bandas de música que acompañan a cada uno de los pasos, además de encabezar la marcha. En este sentido, el arranque lo pondrá la Banda de Tambores de la Hermandad, que marcará el ritmo a la Sociedad Musical La Paz de Sant Joan en la Santa Cena, la Agrupación Musical La Piedad de Oliva en la Caída, la Banda de Cornetas y Tambores Virgen de la Visitación-Tómbola de Alicante en el Cristo de los Jóvenes, y la Unión Musical San Diego de Lloc Nou d'en Fenollet en la Virgen María Auxiliadora.

La estrechez de la puerta de la Parroquia San Antonio de Padua marca el riesgo en el recorrido de esta procesión. Son dos pasos los que cruzan el arco para desplazarse hasta la calle del Poeta Quintana y, desde ahí, cruzar la avenida Alfonso X el Sabio, donde toma rumbo para iniciar la ruta por la Carrera Oficial.

En primer lugar, esta Cofradía está encabezada por el paso de la Santa Redención, obra de los Talleres de Arte Religioso Salmerón en 2004. Le sigue María Santísima del Mayor Dolor, una talla de José María Leal Bernáldez de 2015.

Una de las curiosidades de estos pasos es su encuentro con el Cristo de la Paz de Benalúa en la fachada del Teatro Principal de Alicante, en la plaza de Ruperto Chapí. Es a la llegada de ambos pasos, el Cristo y su Madre cuando ambas Cofradías elevan al cielo sus imágenes para, al ritmo del Himno de España y otras marchas religiosas, hacer bailar sus figuras en un emotivo y único momento.

Asimismo, la Santa Redención hace un segundo encuentro, esta vez entre sus dos pasos, a la llegada a su sede canónica, al término de la procesión. En este sentido, el acompañamiento musical que marca el sendero son a la cabeza la Fanfarria de la Santa Redención, para el paso principal los Tambores de la Agrupación Musical Costa Blanca y Nuestra Señora del Consuelo de Alicante y con la Virgen la Agrupación Musical La Nova de Banyeres de Mariola.

Como novedad, este año se estrena una corona plateada. Esta es una donación de una familia de la Cofradía a María Santísima del Mayor Dolor, elaborada de forma artesana por la Orfebrería Castilleja. La Hermandad cuenta con la obra social 'El Pan de la Fraternidad' con el Colegio San Antonio de Padua.

Una de las procesiones más espectaculares de Alicante, por sus movimientos y coordinación entre costaleros, es la del Cristo de la Paz -talla de los Hermanos Blanco en 1984- y Nuestra Señora de la Piedad y Caridad -esculpida por Joaquín Mayans Ruiz en 2004, en sustitución de la imagen primigenia realizada en los talleres de Sucesores de José J. Sacrest y compañía en los años 50-. Son varios los ensayos que realizan para superarse año tras año. Es a través de bailes de tronos cómo los capataces ensalzan las imágenes.

La marcha arranca a las 20.30 horas desde la Parroquia de San Juan Bautista en el barrio de Benalúa. En primer lugar, es la Agrupación Musical Santa Cruz de Alicante la que marca el ritmo de los hermanos de filas y nazarenos. Seguidamente, las campanas anuncian la salida del Cristo de la Paz, acompañado por la Agrupación Musical La Llàgrima de Mutxamel. Al cierre, Nuestra Señora de la Piedad y Caridad sale acompañada por la Sociedad Cultural Deportiva Carolinas de Alicante.

Es a pocos metros de su sede canóniga donde ambos pasos realizan un encuentro. La plaza Navarro Rodrigo del distrito es testigo de ello y, con este momento, ponen rumbo hacia la Iglesia de Nuestra Señora de Gracia, donde ambos pasos ejecutan su Estación de Penitencia. En ella, el Cristo y la Virgen bailan hasta hacer una reverencia ante el templo para rendir pleitesía.

De nuevo en marcha, el Cristo de la Paz llega hasta el Teatro Principal de Alicante, lugar en el que espera María Santísima del Mayor Dolor de la Cofradía de la Santa Redención para practicar un segundo encuentro. Una vez finalizado, parte hasta la Carrera Oficial, antes de poner fin con una última reverencia entre los dos pasos benaluenses en la plaza del Ayuntamiento.

Fundada en 1956 por el recordado Padre Fontova -en el seno de la Congregación Mariana-, la Hermandad del Perdón sale de nuevo a las calles de Alicante. Lo hace desde la Concatedral de San Nicolás, donde una plaza del Abad Penalva le espera con luces apagadas y el sonido de un coro de voces blancas.

Es desde el pórtico donde salen las imágenes del Cristo del Perdón -elaborada por los Hermanos Blanco en 1956- y los Ladrones -también de los Hermanos Blanco un año después-. Tras ellos aparece María Medianera de todas las Gracias -una talla anónima de 1957-. Como acompañamiento musical encabeza la procesión la Banda de Tambores de la Hermandad.

En esta ocasión, como novedad, el Colegio CEU Jesús María Alicante participa portando los tronos. Asimismo, los hermanos, que portan cruces de madera y antorchas, rezan el Santo Rosario durante todo el recorrido.

Fue el pasado Viernes de Dolores cuando Nuestra Señora de las Angustias fue trasladada desde el convento de las Reverendas Madres Capuchinas hasta la Concatedral de San Nicolás, sede canónica de la Hermandad. Esta es la única talla de Francisco Salzillo -elaborada en el siglo XVIII- que procesiona en Alicante.

Junto a ella desfile el Santísimo Cristo de la Buena Muerte -una escultura anónima del siglo XVI-. Ambos pasos salen de la Concatedral de San Nicolás. Su cabecera es el único punto de sonido que cuenta el recorrido a través de los trombones de varas y timbales de l'Aliança de Mutxamel.

Un coro entona misereres a paso de los Sagrados Titulares en algunos puntos de la procesión. Asimismo son gran cantidad de promesas las que acompañan al Cristo de la Buena Muerte durante un recorrido impregnado por el silencio.

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