Alicante en obras: una vuelta entre excavadoras y taladros

Y es que las obras han pasado a ser una parte más de la ciudad. Largos trabajos que se encuentran en continua sucesión y que transforman la fachada alicantina. En menos de un año ha cambiado con renovadas plazas, un paseo del puerto mucho más moderno y agradable o aceras más amplias para que los vecinos puedan pegarse sus caminatas sin necesidad de irse chocando a diestro y siniestro.

Una gran cantidad de mejoras emprendidas desde varios departamentos del Ayuntamiento de Alicante. Tan solo la Concejalía de Urbanismo ha invertido más de 30 millones de euros en 28 proyectos licitados durante el 2022. Un número que se hace mucho más grande si se tienen en cuenta los trabajos de otras áreas como Espacios Urbanos.

Proyectos cuyo plazo de ejecución oscila entre el mes y el año de duración, aunque en ocasiones se exceda y se acaben alargando tediosas obras que molestan a los vecinos y, en general, a cualquier persona que busque conducir tranquilo por la ciudad.

Obras que van desde arreglos en parques, hasta peatonalizaciones en las calles del corazón de Alicante, pasando por instalaciones deportivas, como la remodelación del Pabellón Pitiu Rochel. Formalizada mediante contrato el 25 de enero del pasado año y con un plazo de 10 meses, el balón sigue sin botar o rodar en las pistas de este recinto que pedía a gritos un lavado de cara.

Otras, se han llevado a cabo en otros barrios con mucho menos dinero que el centro, uno de los lugares con mayor renta per cápita de la ciudad. Es el caso de la Calle San Mateo, en Carolinas Altas, que contaba con una estrecha calle por dónde comprar en sus comercios locales no era tarea nada sencilla.

Obras, obras y más obras. En un año la ciudad se encontrará llena de andamios que cambiarán un paisaje que no será fácil de reconocer. Cómo dicen, más vale malo conocido que bueno por conocer. Los vecinos esperan al menos que, después de largas obras, la realidad no se corresponda con esta frase popular, y las mejoras se queden en eso, en mejoras, y la espera haya merecido la pena.

Quizás, con todo el tema del tráfico, ver lo positivo es complicado. A nadie le gusta conducir entre retenciones, pitidos y desesperación. Vías tan transitadas como la del puerto se encuentran con carriles cerrados al tráfico y se forman largas colas. Todo ello debido a obras que prometen mejorar la fachada litoral de Alicante.

Una promesa que, a pesar de que se hará realidad, puede desquiciar a más de uno. Conocer las rutas alternativas y la actualidad del asfalto alicantino se hace mucho más necesario que nunca.

Cuando todo esto acabe, costará reconocer Alicante, eso seguro. Las fotos serán el único testigo de una ciudad que en varios años ha cambiado a base de picos, taladros y excavadoras. Una ciudad que quiere volverse Europea, donde el coche quedará apartado y el peatón y los ciclistas serán los dueños y señores del corazón de la metrópolis. Pero para ello habrá que esperar aun, quien sabe cuanto. Todo ello para conocer a la nueva Alicante, la Alicante que se pasea.