Chelsea Manning: «Fue muy importante encontrar mi propia voz»
La exsoldado que denunció los abusos de EE UU en Irak y Afganistán advierte sobre los peligros de la tecnología y el cambio climático en el Santander WomenNOW
Han ocurrido tantos acontecimientos en la vida de Chelsea Manning que parece sorprendente que solo tenga 35 años: fue un estudiante brillante, un adolescente al que su padre echó de casa, un soldado del Ejército más poderoso del mundo en la guerra de Irak, el protagonista de una de las mayores filtraciones de datos de la historia, un preso que se convirtió en mujer y después, una voz que alerta sobre los excesos de los gobiernos y la tecnología. Manning (Oklahoma City, 1987) ha aportado su testimonio durante una charla en el Santander WomenNOW.
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El impacto de global de Wikileaks no se entendería sin Manning, que pasó casi siete años en prisión por filtrar a la web de Julian Assange cables que mostraban el lado oscuro de las guerras de Irak y Afganistán. «Cuando me enviaron a luchar a Irak, vi 'in situ' lo que estaba ocurriendo y sentí la necesidad de contarlo. La realidad era muy diferente al discurso público que llegaba a los norteamericanos», ha recordado la activista. Pero aquella decisión le costó una persecución judicial y finalmente, la cárcel, una etapa que representó el volantazo definitivo en su existencia.
Entre rejas, Manning inició el cambio de sexo de hombre a mujer, y allí encontró, de nuevo, muchos problemas. «Necesitaba medicamentos para la transición y para salvaguardar mi salud mental, y todo ello sucedió mientras me encontraba en régimen de aislamiento. La cárcel es una pelea», explica. Pero aquella etapa tan dura, que incluyó un intento de suicidio, tuvo un final feliz: «Encontré mi propia voz y eso ha sido muy importante», cuenta, aunque añade que «ser trans es solo una parte de mí». «A veces, siento que tengo un microscopio encima para que me defina. Pero lo más importante es que tengo los pies en la tierra y camino hacia una dirección que es la mía».
Una vez libre, Chelsea Manning se pasó al activismo, un término que, en cualquier caso, acoge con cierta prevención porque «ahora todo puede ser considerado como activismo, incluyendo lo que hacen algunos hombres de negocios». Con una amplia formación en matemáticas y física, la exsoldado comenzó a advertir sobre los peligros de la tecnología. Sobre las redes sociales, Manning cree que «han tenido efectos perniciosos en la salud mental porque roban energía, atención e interés», pero ve un lado bueno: «Creo que en la próxima década su relevancia va a caer y no van a tener el mismo impacto sobre el escenario político que en estos últimos años».
El foco tecnológico, opina Manning, se trasladará a la inteligencia artificial. «No creo en los vaticinios más pesimistas, que dicen que la IA cobrará conciencia y nos acabará atacando, pero sí me parece que la sociedad está pidiendo una pausa sobre la privacidad de los datos. Lo vemos con Tiktok y otras aplicaciones, que son capaces de captar muchos datos, y eso es preocupante», subraya Manning, que no obstante, actualmente vuelca su compromiso con otra causa, el cambio climático. «He viajado desde Nueva York, donde ahora estamos sufriendo una contaminación enorme. Vendrá un periodo difícil», aventura.
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