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Uno de los recovecos mágicos de Altea. Turisme
La joya alicantina del Mediterráneo que triunfa entre los turistas españoles
Turismo

La joya alicantina del Mediterráneo que triunfa entre los turistas españoles

La localidad de Altea atrae visitantes de todo el territorio nacional | Su pintoresca estampa, su oferta de ocio y sus playas, los principales motivos

Martes, 8 de agosto 2023, 19:36

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Casas blancas, vistas a un mar calmado y la montaña de fondo. Un paisaje elegido para las mejores estampas y que se encuentra en Alicante. En la Marina Alta, más allá de Benidorm se encuentra una población que, con sus simpáticas viviendas de estilo Mediterráneo y sus playas y calas atrae a cada año a miles de turistas.

Es el caso de Altea, una de las localidades turísticas por excelencia de la provincia y la Comunitat. Miles de personas acuden en temporada alta a pasear por sus sinuosas y blancas calles o a disfrutar del mar Mediterráneo.

Tan solo en la segunda quincena de julio se ha registrado una ocupación del 92%, más que otras localidades turísticas como Calpe, l'Alfàs del Pi o Benidorm, según datos de la patronal hotelera de la Comunitat Valenciana, Hosbec. Cifras que se esperan mantener, aunque un tanto menores, de cara a principios de agosto.

Y es que el encanto de Altea atrae mareas de visitantes durante el verano, especialmente españoles. El turismo nacional ha supuesto el 57% de las pernoctaciones de la segunda quincena de julio. Según informan desde el consistorio de Altea, el 60% de las atenciones de la Oficina de Turismo han sido hacia turistas españoles, procedentes en su mayoría de Madrid, del País Vasco o de otros lugares de la Comunitat.

Un encanto que se puede observar cuando uno pasea por sus cuestas y sus calles de piedra. Lucía, una joven de 22 años de Burgos que veranea en Alicante suele optar por visitar Altea cada periodo estival. «Siempre voy a Altea porque tiene mucho encanto, las casas blancas me recuerdan mucho a un paisaje Mediterráneo», asegura esta joven.

De izquierda a derecha: vista del centro de Altea, una de sus playas y vistas del mar desde una de sus calles del casco antiguo Turisme
Imagen principal - De izquierda a derecha: vista del centro de Altea, una de sus playas y vistas del mar desde una de sus calles del casco antiguo
Imagen secundaria 1 - De izquierda a derecha: vista del centro de Altea, una de sus playas y vistas del mar desde una de sus calles del casco antiguo
Imagen secundaria 2 - De izquierda a derecha: vista del centro de Altea, una de sus playas y vistas del mar desde una de sus calles del casco antiguo

Como Lucía, muchos optan por pasar un día en Altea y aprovechar para comer con las vistas al mar y en sus pequeñas terrazas situadas en estrechas placitas o en cuestas. «Es un lugar tranquilo, para reencontrarte contigo mismo o ir con personas que uno quiere», asegura Lucía.

«Las casas blancas me recuerdan a un paisaje Mediterráneo»

Lucía

Turista de Burgos

Con ella concuerda María, otra joven de 29 años y procedente del País Vasco. María se quedó prendida de sus bajas casas blancas y de su tranquilidad. Al contrario que Lucía, ella prefiere visitarlo por la tarde. «Me encanta ver los atardeceres en su mirador y cenar con la iluminación del casco antiguo», explica esta turistas vasca.

María, que es una visitante recurrente de Altea, no le molesta el gran número de visitantes que pasan por el escueto casco antiguo de la Villa Blanca. «A pesar de que siempre hay gente se respira un aire de tranquilidad, es acogedor», subraya sobre sus impresiones cuando pasea por sus calles.

¿Qué hacer en Altea?

Los encantos de Altea no solo se esconden entre sus calles del centro y en la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, la edificación más singular de la villa. Con más de seis kilómetros de costa, dese el consistorio destacan que entre las actividades predilectas de los turistas se encuentran las playas y las actividades al aire libre.

Y es que a parte de las calas escondidas entre acantilados o sus playas bien variadas, uno puede visitar la isla de la Olla, o los senderos de la Sierra de Bèrnia, que separa las comarcas de la Marina Alta o la Marina Baixa.

Al aire libre

La isla de la Olla, la Sierra de Bèrnia o el parque natural de la Serra Gelada son algunas de los encantos de Altea

Tampoco falta la oferta más recreativa tales como los paseos en kayak y patines por la costa o clases de buzeo por las cristalinas aguas del Mediterráneo, donde se puede disfrutar de su biodiversidad y de la fauna local.

«Nuestra localidad sigue siendo un destino preferente para el turista nacional», ha remarcado la Concejal de Turismo, Xelo González, quien asegura que el número de visitantes «ha crecido en julio y crecerá más en agosto».

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