La empresa Agamed espera acabar su nueva sede en Torrevieja en verano de 2025

Para muchos no ha pasado desapercibido que las obras de la sede universitaria de Torrevieja llevan algunas semanas casi paradas. Los obreros procedieron a tirar el patio trasero y los aseos de la sala de exposiciones Vista Alegre, pero ya no se vio más actividad, aunque esta podría volver pronto, en concreto, en dos semanas. Según confirman a este diario desde el gerencia de la empresa mixta de aguas, Agamed, están esperando a una autorización de Iberdrola para echar abajo el último resto de la parte demolida, donde hay un cuadro de contadores.

Un vez ese trámite se concluya, el directivo de la empresa, Jorge Ballesta, afirma que las obras podrán tomar al fin velocidad de crucero. Máxime cuando el Ayuntamiento ya ha resuelto el desafortunado entuerto de los terrenos que había que comprar en el vecino antiguo cuartel de la Guardia Civil que el Consistorio se había apropiado y que eran de la constructora oriolana Travensa. Una promotora con la que el Ayuntamiento mantiene un largo conflicto desde tiempos del exalcalde Pedro Hernández Mateo.

Los trabajos, pues, podrán reanudarse y el siguiente paso es precisamente continuar la excavación del subterráneo. Faltan por profundizar en la parcela de la calle Concepción otros 30-40 centímetros. También, por supuesto, incorporar a los mismos los 38 metros cuadrados que el Ayuntamiento ha comprado por el interior de la manzana.

A partir de ahí, y siempre que no surjan nuevos imprevistos, la previsión que manejan en Agamed es que el edificio pueda edificarse por completo en un plazo de entre 15 y 16 meses. Esto significa que la nueva sede de la empresa de aguas -que albergará también las aulas de hasta tres universidades- podría estar operativa en verano de 2025.

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Paralelamente, se está modificando el proyecto puesto que, además de los 211.000 euros que el municipio ha tenido que abonar a Travensa por los metros comprados, también se ha tenido que ceder una servidumbre de paso a través del subterráneo desde la calle Canónigo Torres hasta la trasera del viejo cuartel. Esto, indica el gerente de Agamed, Jorge Ballesta, obliga a desplazar algunos pilares e instalaciones del edificio. Aun así, dice que estos retoques al proyecto no retrasarán más las obras.

Con esta condición impuesta, Travensa se asegura de cara a futuro que su edificio, si se lanza a rehabilitarlo, pueda tener acceso para vehículos de forma subterránea. Máxime cuando el paseo Vista Alegre, tras las obras del puerto, pasará a ser terreno vedado al tráfico privado.

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