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Cruz Roja, el ángel de la guarda de los bañistas en Alicante

Cruz Roja, el ángel de la guarda de los bañistas en Alicante

El equipo de socorristas de la ONG trabaja cada día para solventar cualquier incidencia que se pueda presentar en los arenales de su competencia | «Aún hay poca cultura de la bandera roja», se lamenta uno de los coordinadores

Jueves, 31 de agosto 2023, 07:15

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¿Qué peligro puede entrañar la playa? La costa se percibe como un lugar tranquilo y apacible donde pasar unas vacaciones o un día caluroso de verano. Alicante es una mina de oro en cuanto a calas y lugares únicos en los que poder disfrutar de un baño refrescante a la vez que tomar el sol o comer en familia. Son incontables los rincones paradisíacos que, a simple vista, parecen seguros.

Sin embargo, la realidad presenta más peligros de los que se pueden prever. La ONG Cruz Roja trabaja incansablemente todos los veranos en diversas playas de la provincia con el objetivo de velar por la seguridad de los bañistas. Cientos de voluntarios cubren unos arenales en los que se enfrentran a corrientes resaca o bañistas maleducados, entre otras eventualidades. No dejan a nadie atrás.

Guardamar puede ser un buen ejemplo de ello. En una de las playas más extensas a cargo de la ONG -11 kilómetros de costa más las playas vírgenes- durante el verano de 2022 el equipo de socorristas en este arenal de la Vega Baja llegó a realizar más de 200 rescates, entre los que destacan nueve paradas cardíacas y, desgraciadamente, 3 fallecimientos.

No obstante, este año, la plantilla a cargo de José Luis Hernández Oliva, coordinador de playas de la localidad, está desarrollando su labor en un contexto más calmado en lo que se refiere a incidentes graves.

Ningún fallecido en todo lo que va de verano. Esto se debe, en gran parte, al trabajo que desarrolla todo el equipo, no solo en materia de rescates, sino de prevención de accidentes mediante la comunicación que prestan a los bañistas. 68 trabajadores peinan los 11 kilómetros de playa en un verano que presenta una afluencia aproximada de 200.000 personas en un fin de semana.

¿Rescates por necesidad o irresponsabilidad?

«Aquí, el enemigo invisible es la corriente resaca», asegura Oliva. Este tipo de corrientes son muy comunes en esta playa, retrocediendo el agua desde la costa hacia el mar, lo que hace que muchos bañistas se vean atrapados sin posibilidad de escapatoria. Una persona que sepa nadar puede salir sin problemas de esta corriente, pero a «un chiquillo o una persona mayor que deja de hacer pie, de repente, le cuesta muchísimo», lamenta Oliva.

Esos rescates no representan un gran esfuerzo ni peligro. El problema viene cuando toca actuar ante incidentes dados por la irresponsabilidad de los bañistas: «Hay poca cultura de la bandera roja», asegura. «El año pasado tuvimos dos incidentes que acabaron en una muerte y un herido muy grave habiendo bandera roja», explica Oliva apenado. «Eso no puede ocurrir«, añade.

El equipo de la Cruz Roja está equipado para responder ante cualquier contratiempo. No obstante, prácticamente la totalidad de los rescates que llevan a cabo los completan socorristas a nado. Su orden es clara: siempre tiene que haber uno fuera del agua por si el que entra requiere ayuda. «Aquí no puede estar nadie solo», asegura el coordinador. El sentimiento de equipo y familia impera en la plantilla de la organización humanitaria en la playa de Guardamar. Al fin y al cabo, su vida está en juego.

¿De qué material dispone el equipo?

Además de la experiencia que atesora el equipo humano, el grupo cuenta con tres motos de agua dotadas de camilla, chalecos y cascos; tres quads con desfibriladores y botellas de oxígeno; 'floppys' o latas para que los auxiliados puedan sujetarse, así como vehículos de intervención.

El personal de Guardamar tiene la suerte de contar con una plantilla completa y los recursos adecuados, según destacan. No obstante, otras playas no corren la misma suerte. «El mundo del socorrismo se ha convertido en que quien más ahorre en recursos, se lleva la oferta». La adjudicación se produce a través de una licitación pública, por lo que las empresas privadas que se presentan lo hacen bajo el lema de «cuanto más ahorro en material, mayor beneficio».

Prevención como solución

«Detectar una incidencia es lo más complicado de un rescate», comenta Oliva. Los socorristas tienen que estar muy atentos y bien entrenados visualmente para que no se les escape nada. Para evitar los accidentes el coordinador y todo su equipo lo tienen claro: «Hay que trabajar más en la prevención».

El Ayuntamiento de Guardamar del Segura lleva años invirtiendo en comunicación en las playas de la localidad con acciones como la reorganización de las banderas bajándolas a la playa, en lugar de estar en el paseo; un sistema de megafonía donde, primero en castellano y después en inglés, se lanza un mensaje para avisar de la bandera que hay y de las recomendaciones a seguir, así como carteles informativos de dónde hay socorristas y dónde no.

Material del que dispone Cruz Roja: motos de agua, quads y camillas de salvamento A.P
Imagen principal - Material del que dispone Cruz Roja: motos de agua, quads y camillas de salvamento
Imagen secundaria 1 - Material del que dispone Cruz Roja: motos de agua, quads y camillas de salvamento
Imagen secundaria 2 - Material del que dispone Cruz Roja: motos de agua, quads y camillas de salvamento

Que el mensaje sea en inglés resulta importante pues hay muchos turistas de la Europa del Este que copan las playas durante la época estival, además de personas del Reino Unido que ya han establecido su residencia en Guardamar y son las que más consumen la playa durante todo el año.

La gente cada año va haciendo más caso a la normativa

José Luis Hernández Oliva

coordinador de playas de Guardamar del Segura

Para alegría del personal que cuida las playas de la localidad, la gente, conforme pasan los años, es más consciente de la normativa. Oliva incide en que ellos están ahí «para trabajar en favor de las personas». Comenta que nunca pone una bandera roja «para fastidiar a nadie», sino todo lo contrario: «para velar por su seguridad».

Aún así, sigue habiendo bañistas que, pese a la bandera roja, deciden bañarse con las posibles consecuencias que puedan acarrear sus actos. Oliva asegura que la solución para evitar este tipo de comportamientos ya se ha encontrado: personal de seguridad que sancione a estos bañistas creando así efecto ejemplarizante.

Sin embargo, esa decisión no está en sus manos. Otra forma sería dotar de autoridad a los socorristas, pero para ello se requeriría la profesionalización del socorrismo, cosa complicada pues es un trabajo estacional. Oliva explica que en Francia, por ejemplo, los socorristas sí gozan de esa autoridad para sacar a las personas del agua

Comportamientos irrespetuosos aparte, queda plasmado que todo el engranaje de piezas del que dispone la maquinaria de Cruz Roja en Guardamar del Segura está completamente engrasado. Oliva y todo su equipo trabajan incansablemente para hacer de las playas de Guardamar un lugar más seguro. Solo falta que los bañistas, al menos unos pocos, porque evidentemente no se puede generalizar, pongan de su parte y faciliten la labor de la plantilla haciendo caso de las indicaciones dadas por quienes, realmente, son sus ángeles de la guarda.

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