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Si las lesiones no le hubieran maltratado, sobre todo en el tramo final de su dilatada y estratosférica trayectoria, seguramente Rafa Nadal sería a día de hoy el tenista más laureado de todos los tiempos. Aun así, los 22 torneos de Gran Slam que posee en sus pobladas vitrinas suponen un registro extraordinario que tendrá muy complicado poder mejorar una estrella tan precoz como el murciano Carlos Alcaraz.
Capaz de haber ganado en todas las superficies, aunque siempre fue el rey de la tierra batida, la carrera del manacorense está jalonada por nada menos que 14 títulos en Roland Garros, cuatro Abiertos de Estados Unidos, dos Wimbledon y otros dos Open de Australia. Aventaja en dos galardones nada menos que al helvético Roger Federer, el jugador más elegante de la historia, y se queda a dos del serbio Novak Djokovic, jugador todavía vigente.
Rafa Nadal se caracterizó por ser muy regular, por no dar jamás una bola ni un partido por perdidos, por competir siempre y por crecerse en los momentos cumbre por su privilegiada cabeza y una fe inquebrantable. Si en Grand Slam su recorrido es brutal, no lo es menos su capacidad para imponerse en los Masters 1.000, los segundos torneos en el escalafón. Nada menos que 36 de estos galardones jalonan su historial, de nuevo el segundo mejor de todos los tiempos.
Tradicionalmente en Francia no se ven con buenos ojos ni el mejor estado de ánimo posible los triunfos de los deportistas españoles, pero lo de Rafa Nadal es caso aparte. El balear es el verdadero rey de París, capaz de gobernar con empuñadura de oro Roland Garros. Sus 14 Copas de los Mosqueteros es más que probable que no las logre nadie en su carrera. Un dato revelador: solo Rafa Nadal ha conquistado dos trofeos más que el resto de los españoles. Y eso que la arcilla parisina siempre fue abono perfecto para los tenistas de este país.
Harto difícil poder volver a ver alguna vez una rivalidad en el tenis como la que han mantenido durante tantos años tres gigantes a todos los niveles como Nadal, Federer y Djokovic, cada uno en su estilo pero imposible quedarse solo con uno. En cuanto a títulos se impone el balcánico al suizo y al español pero quizá no en lo que respecta al carisma. El de Basilea fue un jugador de seda y el de Manacor demostró un pundonor inigualable.
Como la crítica y la afición siempre tienden a las comparaciones, por odiosas que sean, desde que apareció en escena Carlitos Alcaraz no ha parado de hablarse de quién era mejor con la misma edad. De momento es pronto para sacar conclusiones definitivas, pero la humildad y generosidad con la que siempre se mostró Nadal, le hacen único. Su fuerza mental no tiene parangón. Carlitos tiene quizá más clase de la que tenía Rafa entonces, pero sufre unos altibajos que no tenía Rafa.
Rafa Nadal se marcha, pero su legado permanecerá imborrable. Mayores y pequeños han podido disfrutar de sus gestas ya que su carrera se ha prolongado durante nada menos que 23 años. Un ejemplo en las escuelas de tenis y de la vida, un símbolo del deporte y una matrícula de honor en la exhibición de valores como el esfuerzo, la abnegación, la lucha, la capacidad de superación, el compañerismo, la humildad y la deportividad.
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José A. González y Álex Sánchez
Jon Garay y Josemi Benítez
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