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La Navidad son luces, alegría y regalos. Pero también son costumbres y tradiciones. Y es precisamente entre esas costumbres donde las fiestas realzan un producto estrella de la época y de la provincia, que lleva unos 3.000 años en el territorio y que hace 500 que se firma con la consigna de Alicante. Hablamos del vino.
Fueron los fenicios los que lo trajeron, los romanos los que lo popularizaron y los árabes los que lo alabaron. La etiqueta alicantina se creó en 1510, cuando Fernando el Católico prohibió que se pudiesen comercializar vinos extranjeros, constituyendo la primera Denominación de Origen (DO) de Europa.
Una amplia historia que se da cita en la Navidad, una época donde el vino cobra especial importancia en el día a día de los alicantinos. «Es uno de los momentos más bonitos del año», explican desde Vinos Alicante Denominación de Origen Protegida (DOP), que agrupa más de 40 bodegas, pequeñas y familiares.
Y es que ¿Quién no regala un buen vino por Navidad?, ya sea debajo del árbol o en las cestas tan típicas de la época. «Entre un 30 y un 40% de las ventas se pueden llegar a condensar en estas fechas», aseguran desde la organización que agrupa la marca alicantina.
Un esprint final de un ejercicio que ha dejado una cosecha que ronda los 27 millones de kilogramos de uva, para ser convertidas en vino que se comercializará después. Un año en el que el embotellado de Vinos Alicante DOP ha crecido un 13%, con un gran peso del mercado nacional.
«Cada vez estamos más en la zona», valoran desde la organización que regenta la marca. Y es que Vinos Alicante quieren ser eso, los vinos de y para Alicante. «Queremos tener un potencial como productos de cercanía», explica la DO, quienes aseguran que uno de sus objetivos es «vender en nuestro propio territorio».
En un sector productivo centrado tanto en el comercio exterior como son los vinos españoles, la Denominación de Origen alicantina quiere ir a contracorriente: busca ser local. «Lo normal son las exportaciones», afirman desde Vinos Alicante, aunque, también añaden que «nuestro caso es distinto; queremos ser un producto de cercanía para subsistir y no tener que ser exportadores internacionales».
Un plan que va a contracorriente respecto a la tendencia actual de consumo. España es uno de los tres mayores productores de vino, pero también es uno de los países donde menos se toma. «Lleva 25 años descendiendo de forma continuada», aseguran desde la DO, quienes achacan este descenso al cambio generacional.
«Antes el vino era un alimento que formaba parte de la dieta mediterránea, pero ahora ha pasado a ser un producto mucho más excepcional», relatan desde la agrupación de bodegas. «Ha pasado a un papel más secundario; ha perdido su rutina diaria», concluyen.
Para ello, la DO busca completar estos objetivos en el largo plazo. Que el consumidor pueda contar con una mejor información sobre el producto es una de las claves. Un producto que, en los últimos años, ha recibido puntuaciones muy altas debido a su riqueza y variedades, que los hacen diferentes.
Gracias a la climatología de Alicante, la provincia cuenta con uno de sus productos estrella. Un vino cuyo corazón -la uva variedad monastrell- no se puede encontrar en ningún otro lugar del mundo con tanta concentración. Tan solo algunas pares de Sudamérica o Australia han conseguido, en pequeñas cotas, plantar este fruto.
Esta variedad antiquísima expresa a la perfección el territorio mediterráneo. «Tiene un grado alcohólico y de azúcar, así como muchísimo color, lo que le dota de una expresión muy mediterránea», explican desde Vinos Alicante.
Otra de las variedades que llevan estampadas la presencia de Alicante es la uva moscatel. Típica de la Marina Alta, este fruto crea unos paisajes preciosos. Destaca su dulce sabor y su versatilidad para elaborar vinos de varios tipos.
Conocida por ser una de las variedades más representativas de la costa mediterránea, la uva moscatel es de las más tempranas en recogerse debido a las cálidas temperaturas de la zona y su pronta maduración.
Es este cúmulo de virtudes lo que diferencia a un vino cuya uva, la variedad monastrell, representa un 75% del total de cultivos de todas las comarcas de la Denominación de Origen de Alicante.
Esta «milagrosa uva» es capaz de sobrevivir en los suelos «tan pobres de Alicante», asegura la DO. La falta de nutrientes no es un problema para este fruto, que se beneficia de las bondades climatológicas de una provincia colindante con el mar y con amplias horas de sol.
Características comunes que hacen de Alicante una tierra especial para el vino. Su cercanía con el mar y su buen clima hacen de esta bebida un producto estrella, que, si bien está consumiéndose cada vez menos, volverá a tomarse una vez roce el paladar de aquel que lo beba.
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Álvaro Soto | Madrid
Jon Garay y Gonzalo de las Heras (gráficos)
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