El Alicante del futuro: menos comercios y más bares y servicios de cuidado personal
Un informe encargado por el Ayuntamiento dibuja la transformación de la escena urbana según los usos y comportamientos de los consumidores
Alicante es una de las grandes ciudades de España. Su geografía volcada al mar, sus 320 días de sol al año, su carácter mediterráneo y su carácter cosmopolita y abierta a numerosos turistas y visitantes que cada año acuden llamados por sus atractivos, convierten a Alicante en un polo logístico y económico de primera magnitud a nivel nacional.
En el año 2022, visitaron Alicante más de 990.000 turistas, con 3,5 millones de pernoctaciones. Los turistas gastan 108 millones de euros en el comercio de Alicante.
Estas características llevan a Alicante a volcarse como una gran ciudad dedicada al comercio, que es su segunda actividad económica. La que más empresas tiene (3.213) y la segunda que más personas emplea con 25.264 trabajadores, y la que tiene más trabajadores autónomos. Aporta uno de cada ocho empleos y canaliza la tercera parte de la renta de las familias.
Estas son las principales conclusiones del 'Plan de Acción, Impulso y Modernización del Comercio de la ciudad y de los Mercados Municipales' realizado por la Concejalía de Comercio y Hostelería del Ayuntamiento de Alicante. Un documento que es, a la vez, recopilación, análisis y diagnóstico de la situación actual y futuro de Alicante.
Muchos datos y unas conclusiones muy interesantes que apuntan a una nueva ciudad de futuro capaz de adaptarse a los nuevos hábitos de consumo de los futuros alicantinos, la generación Z nacida en el siglo XXI, y que es la primera de la historia nativa digital.
El tejido urbano de la capital se encuentra permeabilizado por el comercio local. En total, Alicante cuenta con 994 calles, avenidas y plazas con locales en planta baja, 84 ejes comerciales, un total de 11.611 locales con actividad económica censados a pie de calle y 107.897 metros cuadrados de superficie comercial. Aparte, cuenta con cuatro mercados municipales con 241 concesionarios, y cuatro mercados de venta no sedentaria con 666 puestos de venta, y 115 puntos de venta.
El comercio minorista con un 39,3% de los locales activos es la actividad económica con mayor presencia a pie de calle, por delante del conjunto de hostelería y los servicios que representan el 23,2% o de los servicios personales con el 18,8%.
La estructura de la actividad empresarial de Alicante cuenta con 8.461 locales activos, entre los que destacan 3.323 comercios al por menor, 1.962 de hostelería y restauración, 1.591 de servicios personales, así como más de 1.468 de otros servicios. Se mantienen e incluso se fortalecen los ejes comerciales de las principales zonas comerciales, principalmente dos: Maisonnave y el Centro Tradicional.
Actualmente, según el estudio, la oferta comercial ha aumentado en los barrios o zonas residenciales nuevos de los PAUs, y en la zona de la avenida de Novelda. Por sectores, los comercios que crecen en número son los de alimentación no especializada; productos para el hábitat como cocinas, bricolaje, mascotas, plantas, productos de construcción; y el comercio de ocio, cultura, deporte y tecnología.
Perfil del consumidor
Con 350.849 habitantes censados en 2022, Alicante ha experimentado un crecimiento del 4,38% en la última década, debido fundamentalmente a la llegada de población extranjera lo que representa más del 23,26% en el periodo 2022-2023. Ya es la décima ciudad en población de España y capital de la cuarta provincia de España en PIB del país.
La edad media es de 43 años (41 años en 2012), y uno de cada cinco habitantes de Alicante tiene más de 65 años. Estos datos muestran una tendencia progresiva al envejecimiento de la población de Alicante, que no es exclusiva de la ciudad, sino que está en sintonía con la realidad de las ciudades europeas.
Los consumidores alicantinos realizan la compra de alimentos principalmente en los supermercados en un 95%, aunque la combinan con compras realizadas en establecimientos especializados de proximidad lo que representa el 54,3%. Así como el 22,4% de las compras de alimentación se realizan en los mercados municipales. El 78,7% de los consumidores señala que suele realizar compras en tiendas de proximidad para apoyar al comercio local.
El comercio especializado local es elegido el 40% de los consumidores para las compras de bienes no alimentarios. A mayor edad de los consumidores, más eligen los pequeños establecimientos de proximidad y los mercados. El 90% del gasto en comercio de los alicantinos en bienes no alimentarios se realiza en el comercio de Alicante.
Los motivos principales por los que eligen destino de compras de alimentación son la proximidad y la relación calidad-precio. Los alicantinos frecuentan también centros comerciales –especialmente para la compra de moda- o grandes cadenas ubicadas en las principales calles comerciales, aunque el cliente valora positivamente el comercio local.
Los consumidores valoran el precio, pero también la experiencia, la proximidad o la comodidad a la hora del desplazamiento, aparcamiento y transporte. Es decir, comprar no es solo algo puramente de necesidad, sino que tiene que ver mirar, buscar, decidir y, al final, actuar. Lo que viene a ser un día de compras en un entorno atractivo, algo que impulse al consumidor a no dejarse abandonar por el comercio 'on line' y salir a la calle.
Y es que el comercio ha sufrido un importante proceso de transformación y se debe a las fuerzas imparables de la digitalización de la sociedad y a la globalización económica. De hecho, se constata que a mayor edad de los consumidores, más eligen los pequeños establecimientos de proximidad y los mercados.
Los clientes más jóvenes destinan la mayor parte de sus compras a formatos como centros comerciales y cadenas, así como al canal digital. Solo conciben las tiendas físicas para alimentación. En el comercio local realizan compras de productos más básicos y menos 'trendy' (de moda). Solo buscan estos comercios cuando necesitan asesoramiento o confianza.
El mayor gasto en los negocios locales lo destinan a los establecimientos de ocio y restauración, es decir, aquellos negocios que no se pueden prestar 'on line', a pesar de las app de pedidos en casa a domicilio. Aquí no es tanto el producto como la relación social lo que se busca.
La compra 'on line' ya está asentada, sobre todo entre los más jóvenes. Entre las tendencias emergentes: el 17,2% de los consumidores utiliza plataforma de compraventa entre particulares. Los marketplaces, estilo Amazon, continúan siendo los favoritos. Aunque también el canal 'on line' de las grandes marcas que también tienen presencia física.
Durante el periodo correspondiente a 2013-2023 se ha producido un desplazamiento de la actividad comercial hacia actividades de servicios, sobre todo hostelería y servicios personales. En esta década la oferta comercial ha disminuido un 20,7%, al tiempo que se ha producido un aumento del número de locales de restauración y hostelería (+11,9%), así como un incremento del número de actividades de servicios personales (+24%) y de otras actividades como inmobiliarias (+11,7%).
Esta situación no es igual en toda la ciudad. Se mantienen e incluso se fortalecen los ejes comerciales de las principales zonas comerciales, pero se reduce la actividad en ejes secundarios y en barrios, que van perdiendo vida.
La tendencia apunta a una ciudad con menos y más pequeñas zonas significativas de concentración comercial, así como a un comercio de proximidad menos numeroso y concentrado en torno a equipamientos de barrio (mercados, supermercados, centros públicos, etc.).
El nuevo escenario que apunta el informe municipal apunta que la economía urbana se plantea con menos comercios y más servicios, sobre todo el cuidado personal y hostelería. O sea, aquellos que no se pueden hacer por internet como peluquerías, manicuras, masajistas, gimnasios, masajistas... Hacia aquí apunta Alicante, un centro con los principales ejes comerciales con las franquicias de ropa, moda y complementos: más empleo en el sector pero con zonas comerciales más reducidas y concentradas.
El reto es equilibrar usos para que se mantengan los negocios actuales y no se produzcan zonas muy 'especializadas', por así decir, en los que solo predomine un tipo de negocio. Se puede pensar en la calle Castaños, por ejemplo, de este tipo de situación. Sin embargo, también se reconoce que la la gastronomía y el turismo son sectores de gran interés para el comercio y oportunidad para el comercio.
El sector se enfrenta al reto global de la sostenibilidad y el replanteamiento de las ciudades y las empresas para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y Agenda 2030. En este sentido, los proyectos de reurbanización del centro de la ciudad han dado lugar a calles con amplios itinerarios peatonales, mejorando notablemente el espacio público, su imagen y accesibilidad.