Libertad para dos de los tres acusados por el triple crimen de la familia de Chiloeches

Dos de los tres jóvenes detenidos por la violenta muerte de un matrimonio a mediados de abril de este año en su casa de Chiloeches (Guadalajara) salieron este viernes de la prisión de Alcalá Meco-Madrid II (Madrid) horas después de que la jueza del Juzgado de Instrucción número 4 de Guadalajara que instruye el caso decretara su puesta en libertad tras consultarlo con la fiscalía y la acusación particular.

Se trata de David y Christian Borja, de 24 y 23 años, que llevaban siete meses en prisión provisional, comunicada y sin fianza. Este último seguía siendo novio de Laura, de 22 años, que murió acuchillada junto a sus padres, Ángel Villar y Elvira Fernández, de 52 años, a pesar de que tenía una orden judicial de alejamiento. A los dos se les ha retirado la imputación del delito de asesinato que sí se mantiene en el caso de Fernando, de 23 años, autor material confeso del crimen y a quien se acusa de los delitos de asesinato, robo con violencia en vivienda habitada e incendio. También se han retirado los cargos contra la novia de Fernando, Wendy, de origen venezolano, a quien se la consideraba encubridora en la huida de Fernando y que nunca llegó a ingresar en la cárcel.

El triple crimen ocurrió el pasado 13 de abril en una vivienda unifamiliar situada en la urbanización «Medina Azahara» de Chiloeches, municipio de 4.000 habitantes. En la madrugada de ese día Fernando accedió a la casa armado con un cuchillo de bayoneta con la intención de robar una colección de relojes que Ángel guardaba, relojes que, en realidad, tenían escaso valor. Sin embargo, lo que Fernando pensaba que iba a ser un robo seguro y sin problemas se tornó en una masacre. Ángel se despertó y se enfrentó al ladrón, que acabó matando a cuchilladas a la pareja y a su hija, que también se encontraba en la vivienda. Quien tuvo la fortuna de sobrevivir y escapar fue Yerai, hermano de Laura, de 21 años, que fue quien avisó al servicio de emergencias del 112. Al regresar a la vivienda familiar se encontró con parte de la casa incendiada. Cuando los bomberos sofocaron las llamas encontraron los tres cuerpos sin vida. Las investigaciones posteriores han corroborado que Cristian Borja fue quien tuvo la idea de robar en la casa porque conocía lo que había en su interior gracias a su relación sentimental con Laura y pensaba que la familia guardaba 30.000 euros en metálico fruto de la venta de una vivienda.

En cuanto a Fernando, las cámaras de vigilancia de la urbanización lo grabaron huyendo en un vehículo hacia Pioz (Guadalajara), donde residía, después de haber prendido fuego a la casa con un mísero botín: unos mil euros en efectivo y una colección de 14 relojes sin gran valor.