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Canal Motor
Lunes, 20 de noviembre 2023, 13:30
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Una de las características que diferencian a un coche eléctrico de uno de combustión es el peso, debido a sus baterías, lo que supone un importante aumento de carga para los neumáticos. Esta mayor carga genera una mayor inercia debido al aumento de la masa en movimiento, lo que implica una mayor distancia de frenado. Así que se debe poner especial atención en el agarre del neumático ya que será mayor que en uno de combustión.
Ese agarre también desempeña un papel fundamental en la mayor aceleración que posee este tipo de coches, debido a que su par motor al completo se deriva a las ruedas de una forma prácticamente instantánea. Por supuesto, y según la DGT, una mayor carga y un mejor agarre implican que su estructura deba ser reforzada considerablemente para aguantar toda esta demanda. Además, también el compuesto de la goma es diferente, para proporcionar la máxima robustez.
La ausencia de ruido al circular en un vehículo eléctrico se convierte en otro problema añadido para los fabricantes de los neumáticos dirigidos a estos coches. Y es que el 70% del sonido generado por un automóvil eléctrico procede de la rodadura y no del motor. Asimismo, los fabricantes trabajan en compuestos y dibujos de neumáticos lo más silenciosos posibles, para intentar no contribuir al aumento de ruido cuando un eléctrico circula y que, a bordo, la experiencia de conducción siga siendo todo lo agradable y silenciosa que un vehículo de este tipo puede proporcionar.
Los neumáticos para coches eléctricos también cuentan con una tecnología mucho más avanzada en su construcción, por todo lo expuesto anteriormente. Para empezar, se intenta ahorrar en su peso, con diversas formas de aligeramiento. Y de cara a aumentar su rigidez, cuentan con una carcasa de doble capa, frente a la de simple capa que suelen montar los coches de combustión.
También es diferente el dibujo y los patrones de evacuación del agua dispuestos en la banda de rodadura, debido al mayor peso del coche y la complicación que eso supone a la hora de evacuar el agua en caso de rodar con lluvia o asfalto mojado. Por lo tanto, y en resumen, estos neumáticos están diseñados para ofrecer la menor resistencia a la rodadura, lo que proporciona un mejor compromiso entre el ruido de esta y su desgaste. Por si eran pocos los requisitos que se le exigen a un buen neumático EV, además deben colaborar al aumento de autonomía del vehículo eléctrico. Y de hecho, lo hacen, ya que con ellos se puede ganar hasta un 7% más de autonomía total, lo que se traduce también en una mayor rentabilidad por uso.
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