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Óscar Plano ya tiene dos ascensos a Primera División en su currículo y se resiste a pensar que esta temporada no peleará por lo mismo con el Elche. El máximo goleador actual, con tres dianas, ve potencial en la plantilla para ocupar los puestos cabeceros y su discurso es, de puertas hacia fuera, más ambicioso que el de su entrenador Sebastián Beccacece.
El técnico argentino ha repetido en innumerables ocasiones que el ascenso no es un objetivo real teniendo en cuenta el desmantelamiento de la plantilla en verano, pero Plano sí tiene fe: «Sigo pensando lo mismo que el día que llegué, que si no íbamos a por el ascenso yo no estaría aquí. Por lo que veo día a día, con los compañeros, el cuerpo técnico, todos pensamos que este equipo tiene potencial para estar arriba. Cuando pulamos algunos aspectos, el equipo mejorará. En estas últimas cinco jornadas somos de los mejores equipos y eso es por algo, porque estamos muy implicados. Estoy convencido de que este equipo a final de temporada va a estar arriba», ha asegurado.
El exjugador del Valladolid reconoció que la salida de jugadores importantes en el tramo final de mercado hizo daño al vestuario: «Al principio se marcharon jugadores como Lucas (Boyé) o Pere (Milla) muy importantes en el club que, a lo mejor, se contaba con ellos. Ello nos hizo bastante daño, nos pesó un poco. Sobre todo en los primeros partidos, esta circunstancia nos machacó».
Respecto al complicado choque ante el Zaragoza, Plano aseguró: «Ya sabemos cómo es la Segunda División. Las dinámicas que lleve un equipo u otro hasta ese momento, en un partido se esfuman. Conocemos su potencial y pensamos que era un serio candidato para el ascenso directo, pero la Segunda es así. Nosotros nos centramos ahora en que estamos a nuestra casa y aquí nadie viene a quitarnos los puntos.
Óscar Plano, de 32 años, busca en el Elche el cuarto ascenso de su carrera. El polivalente atacante ascendió a Segunda con el Castilla cuando tenía 20 años y compartía vestuario con Carvajal y Morata. Después, ya más hecho futbolista, ascendió a Primera en dos ocasiones con el Valladolid, primero con Sergio González y después con Pacheta.
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