Ayudas de hasta 20.000 euros para la internacionalización de tu pyme
Cámara de España lanza un programa para apoyar la expansión y consolidación de la actividad internacional de las empresas españolas gracias a la obtención del capital y la información necesaria para triunfar en el mercado extranjero
La internacionalización de una empresa es un proceso largo, laborioso y con mucha competencia. Es una decisión que requiere una cuantiosa inversión y disponer de la información y la formación necesaria para llevarla a buen puerto. Por lo general, son las grandes empresas las que disponen del suficiente músculo financiero para afrontar este proceso. Ese es el motivo que lleva a las asociaciones empresariales a reclamar más apoyo e implicación de las instituciones públicas para impulsar el despegue de las pymes en el ámbito internacional.
Eso es precisamente lo que se propone a hacer la Cámara de España, en colaboración con la Secretaría de Estado de Comercio, con su programa de Mentoring y Apoyo a la Internacionalización. Se trata de un programa pensado para apoyar la expansión y consolidación de la actividad internacional de nuestras pymes a través de los Fondos Next Generation de la Unión Europea.
En palabras de José Luis Bonet, presidente de la Cámara de España, “en los últimos años hemos progresado mucho y durante las crisis económicas la internacionalización ha resultado ser un balón de oxígeno para aquellas empresas que habían dado el paso. Es importante que hagamos un esfuerzo tanto desde las instituciones públicas como desde el mundo empresarial para intensificar la salida al exterior de nuestras empresas”.
En la presentación del programa, Bonet dio un repaso por la situación de las empresas españolas en el exterior y terminó recordando que “no podemos detenernos aquí, todavía nos queda recorrido y especialmente en el mundo de las pymes”.
Certificación, financiación y formación
El programa consta de dos líneas de actuación diferenciadas. La primera de ellas, que ya puede solicitarse, está concebida para ayudar a las pymes a obtener las certificaciones necesarias para la comercialización de productos o servicios fuera de la Unión Europea. “El peso de la Unión Europea como mercado de destino representa el 62,8 % del total de las exportaciones. Es conveniente la diversificación para intentar que el peso de las exportaciones españoles se distribuya en los mercados de mayor potencial”, explica Julián López-Arenas, director de Competitividad de la Cámara de España.
Esta primera línea consta de una ayuda de 20.000 euros por empresa y cubre aspectos como la consultoría asociada a la certificación; la emisión de certificación u homologación o el coste de la realización de auditorías. Pueden optar a esta ayuda las pymes que superen el millón de euros en facturación y que dispongan de un producto, servicio o marca propia. Desde este enlace se puede obtener toda la información necesaria y solicitar la ayuda.
La otra línea del programa, cuyo plazo de solicitud se abrirá en las próximas semanas, es la de “Mentoring Internacional”. Este proyecto consta de dos fases. En la primera, una gran empresa se convierte en el mentor internacional de una pyme y colabora con esta para definir su estrategia internacional. En segunda instancia, las pymes seleccionadas podrán recibir una ayuda de hasta 28.000 euros que podrán invertir en la capacitación de sus departamentos implicados en la internacionalización, contratación de personal para el departamento internacional, consultoría especializada, promoción internacional o implantación comercial en el país de destino.
Pueden optar a esta segunda línea las pymes exportadoras que dispongan de un producto, servicio o marca propio y que facturen más de 10 millones de euros. El programa estará abierto hasta el 31 de diciembre de 2024 y en esta web se puede encontrar toda la información.
Una internacionalización incompleta
A la vista de los datos sobre internacionalización de las pymes, se trata de un programa urgente y necesario para vitalizar nuestra economía. A comienzos de este verano, un informe elaborado por la consultora KPMG para la V Cumbre de Internacionalización organizada por la Cámara de Comercio de España, CEOE, el Foro de Marcas Renombradas Españolas, el Club de Exportadores e Inversores Españoles y la Asociación Española de Directivos, ofrecía una ajustada radiografía de la situación de las empresas españolas en el mercado internacional.
Según el estudio, el 52% de la facturación de las empresas españolas proviene de sus negocios en el exterior, y está previsto que ese porcentaje llegue al 61% en el próximo lustro. En una declaración conjunta presentada en dicha Cumbre por las cinco organizaciones convocantes, se recuerda que, en los últimos años, las exportaciones de bienes y servicios han pasado de representar el 23,1% del PIB al 41,7% actual, y que el número de exportadores regulares ha pasado de unos 30.000 a casi 60.000. El mensaje que se capta de fondo es que la internacionalización es un proceso irreversible y de creciente interés para nuestra economía.
Se trata de una transformación que va con el signo de los tiempos. En noviembre de 2020, Google publicó un estudio en el que aseguraba que el 71% de los europeos hace habitualmente compras online a empresas de fuera de su país. Los nuevos hábitos de los consumidores, la digitalización de la economía y los efectos de la pandemia han impulsado todavía más esta tendencia. Las empresas españolas no han desaprovechado la oportunidad.
En los últimos diez años, el número de empresas exportadoras de nuestro país ha crecido a una media del 5% anual. La inmensa mayoría de esas compañías se centra en países de la Unión Europea, siendo Latinoamérica el segundo destino preferente de los negocios españoles. En cuanto a los sectores exportadores, en 2022 los más relevantes fueron el de semimanufacturas (30%), bienes de equipo (17%), alimentación, bebidas y tabaco (17%), automóvil (11%) y productos energéticos (10%).
Los beneficios de la internacionalización del negocio son incuestionables: ampliar la cartera de clientes, incrementar la facturación y los beneficios, diversificar el riesgo, abrirse a nuevas oportunidades de crecimiento y darle un mayor prestigio a la marca. Pero tampoco se ocultan las dificultades del panorama internacional: inflación, incertidumbre, desabastecimiento o problemas en la logística.
Todo esto hace que a las pymes les resulte mucho más difícil internacionalizar su actividad. Como señala la declaración de la Cumbre, “el número de empresas exportadoras es todavía relativamente pequeño y caracterizado por una aguda dualidad, en la que muy pocas empresas acaparan un porcentaje muy alto de las exportaciones”. Es precisamente este techo de cristal al que se enfrentan las pequeñas empresas lo que el programa de la Cámara quiere revertir.