Así trabaja el coche que revisa cada kilómetro de La Vuelta justo antes de que pasen los ciclistas
El trabajo del departamento de Coordinación es tan invisible como esencial para el correcto desarrollo de la gran ronda española.

Más de un centenar de vehículos Škoda acompañan al pelotón de La Vuelta cada día: aproximadamente, la mitad corresponden a equipos y la mitad a organización. Son vehículos de asistencia mecánica, de árbitros, de organización, de telecomunicaciones… y, en este caso que nos ocupa, de seguridad. Cada kilómetro cuenta, y el Škoda Octavia conducido por el exciclista Jorge Ferrío y ocupado por Gonzalo Alonso, Coordinador Deportivo y Responsable de Seguridad de la carrera, vela por que todos estén en perfectas condiciones para el desarrollo de la competición.
El trabajo de Alonso, en comandita con los directores técnicos de La Vuelta, Fernando Escartín y Kiko García, arranca un año antes de que la carrera se celebre. “Una vez Kiko y Fernando diseñan el recorrido, practicamos una primera revisión sobre el terreno antes de la presentación que celebramos en enero para comprobar que la propuesta es viable”, explica. “Una vez hecho esto, entre enero y abril realizamos una segunda revisión en la cual anotamos todo y señalamos el más mínimo desperfecto para que las instituciones públicas del lugar puedan tomar medidas. En caso de que la reparación del punto sea imposible, retocamos el recorrido para esquivarlo”. En verano se hace una nueva y última revisión en busca de otros elementos que puedan afectar a la competición.

El valor de la anticipación
La hora de la verdad llega con la celebración de La Vuelta, que en 2023 arrancó el 26 de agosto en Barcelona y acabará el 17 de septiembre en Madrid. “Cada día, un grupo de personas sale entre tres y cinco horas antes que la carrera para disponer los elementos de seguridad físicos como colchonetas, orejeras…”, continúa Alonso. “Después hay otras medidas de seguridad más ‘inmediatas’ de las que se encarga mi coche, que circula dos o tres kilómetros por delante de carrera y recibe notificaciones de otros vehículos que viajan también por delante”.
Manchas, gravilla, barro… Lo que surja. “Llevamos en el coche escobones, para barrer la carretera; serrín, para secar posibles manchas de aceite u otros elementos que aparezcan en el asfalto; silbatos y banderines para señalar obstáculos que no se puedan salvar en el momento…” Así intervienen para asegurarse de que cada kilómetro de La Vuelta esté limpio. “También vamos cantando todas las incidencias del rutómetro por Radio Vuelta: badenes, estrechamientos, curvas peligrosas, descensos… para que puedan llegar a los corredores”.

Los imprevistos, en las mejores manos
En esta Vuelta, este Škoda se ha encontrado con varios desaguisados de última hora. “En la salida de La Vall d’Uixò, por ejemplo, una furgoneta sufrió un accidente pocas horas antes del inicio de la carrera en un punto perteneciente a los primeros kilómetros de recorrido. Por suerte, pudimos limpiar todo a tiempo para que la carrera se desarrollara sin problemas. Otras veces te encuentras con un camión que ha sufrido una fuga de aceite y deja resbaladiza la carretera, por ejemplo, y te toca resolverlo en el momento”.
Otra parte del trabajo de Coordinación es el trabajo con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, “y particularmente con la Guardia Civil de Tráfico, que es quien garantiza la seguridad de la cápsula”. Alonso explica que celebran “varias reuniones” con ellos de cara a planificar el dispositivo general de las etapas. “Y luego están las reuniones específicas para preparar las etapas que tienen particularidades más concretas, como puede ser el final en el Alto del Angliru”. Un trabajo tan invisible como esencial para el correcto desarrollo de La Vuelta.