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Adiós a los mitos: todos queremos entender el funcionamiento de la banca
La cultura financiera va más allá de conocer términos o aprender a manejar la banca online. Saber cómo funciona la banca puede ayudar a comprender cuál es su papel en la economía y cómo contribuye al crecimiento
La recuperación económica de España es progresiva y está condicionada, entre otros aspectos, por la evolución de la inflación o por el alza de los precios de la energía. Pese a estas situaciones, la banca cuenta con una solvencia superior a la época anterior a la pandemia. Pablo Hernández, gobernador del Banco de España, recuerda que es un sector que ha demostrado una gran resistencia y que ha sido capaz de remontar las consecuencias nefastas del paso de varias crisis.
La crisis financiera que se desató en 2008 con la caída de Lehman Brothers provocó una gran reestructuración del sector en España. El mapa bancario existente hasta entonces cambió radicalmente tras una serie de fusiones y rescates que han dejado como resultado un sector mucho más pequeño, pero también más solvente y eficiente.
Aquella crisis dejó tras de sí la falsa creencia de que la banca fue rescatada. Pero lo cierto es que los bancos españoles no solo no fueron rescatados, sino que pagaron una buena parte de la factura para salvar a las entidades en problemas. En concreto, la banca aportó más de 25.000 millones de euros en ayudas para las entidades con problemas.
Un paso más en esa transformación se ha dado con la COVID-19, que ha provocado ciertas tendencias que serán clave en el desarrollo del sector, como la apuesta por el uso de las tecnologías emergentes o la migración a la "nube". La pandemia demostró también el papel esencial que jugaron los bancos ante una crisis sin precedentes y dejó patente la importancia de la colaboración público-privada, que se materializó a través de las líneas de crédito ICO con aval del Estado.
La presencia de los bancos en todo el territorio nacional, la capilaridad de su red de sucursales y canales online, el conocimiento de los clientes y la adecuada gestión de los riesgos permitió que España pusiera en marcha uno de los programas de financiación más ambiciosos de Europa, desplegados además en tiempo récord. En 2020, el año más duro de la pandemia, empresas y autónomos recibieron un total de 140.000 millones de euros de financiación a través de esta línea de avales.
Ese ejemplo de colaboración público-privada se ha reeditado de alguna forma con el reciente acuerdo para ayudar a las familias hipotecadas en situación de vulnerabilidad. Los bancos han entendido que en el actual entorno de elevada inflación y subida de la factura energética determinadas familias pueden encontrar dificultades para hacer frente a todos sus gastos, de ahí que se hayan adoptado estas medidas que tendrán un significativo impacto en el balance de los bancos (por mayores provisiones y requerimientos de capital).
Con la mirada puesta en el futuro, el sector bancario se enfrenta a desafíos importantes, como las tensiones geopolíticas o las nuevas regulaciones, y desempeñará un papel fundamental para apuntalar el crecimiento. En este sentido, Belén Díaz, Doctora en Ciencias Económicas y profesora titular de Economía en la Universidad de Cantabria, lo tiene claro: “La banca es uno de los sectores clave y estratégicos para la economía de un país. Y hoy, tras una reestructuración internacional del sector en la última década, la industria bancaria es más sólida, solvente y robusta que nunca”.
Al servicio de la sociedad
Pero ¿cuál es la función de la banca? Facilitar transacciones, canalizar ahorros y, ayudar al desarrollo económico y social de una sociedad. O lo que es lo mismo, los bancos permiten que los emprendedores sigan adelante con sus proyectos –y de paso, dinamicen el empleo en el país- también que las personas ahorren, consigan una hipoteca, paguen unas vacaciones o planifiquen una buena jubilación.
Sin embargo, su contribución no es solo económica sino también social, porque la voluntad de servicio está en el ADN de los bancos, ayudando a la sociedad en los momentos de mayor dificultad. Quedó más que demostrado durante la pandemia. “En momentos de incertidumbre, la banca jugó un papel clave en el mantenimiento de miles de puestos de trabajo o la supervivencia de negocios”, recuerda Díaz.
Esta contribución se ha visto también durante la reciente guerra de Ucrania, para la que los bancos españoles han desplegado medidas de toda índole para facilitar la ayuda humanitaria, aliviar los costes financieros a determinadas empresas y particulares y asegurar una rápida inclusión a los desplazados por la guerra.
Hacia la inclusión financiera
Según el “Informe sobre la inclusión financiera en España” elaborado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, en 2021, la población española que no tenía acceso a servicios bancarios era de casi 658.000 personas.
Por eso, otra de las funciones clave de la banca es su compromiso con la inclusión financiera de las personas que viven en la España rural. Esta responsabilidad se materializa, por ejemplo, con el acuerdo firmado por el sector con el Ministerio de Economía para garantizar que haya al menos un punto de acceso a servicios presenciales en los 243 municipios de más de 500 habitantes que no cuenten con ninguno; pero también en las medidas puesta en marcha el pasado mes de febrero para ayudar a que el colectivo de mayores de 65 años no se sienta excluido ante el imparable proceso de digitalización que estamos viviendo. Y es que el sector bancario afronta el futuro con grandes retos y transformaciones y con un propósito muy claro: impulsar la economía del país, ya sea en una ciudad cosmopolita o en un área rural.