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Mejor conectados

El ingrediente secreto de Ferran Adrià para ser el mejor chef del mundo

A través de #MejorConectados, la plataforma de contenidos de Telefónica, se anima a impulsar el potencial de las personas con talento con lo mejor que sabe hacer: conectándolo. Un objetivo que permite extender las conexiones humanas para lograr el éxito profesional

J.M.Sánchez

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La popular teoría de los seis grados de separación se refiere a la idea que intenta demostrar que cualquier persona está conectada a otra en el planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios. Las conexiones humanas son las que permiten ser feliz y llegar a donde uno se plantee en la vida. Si no que se lo digan a Ferran Adrià, cuyo ingrediente secreto para ser el mejor chef del mundo no ha sido solo la constancia, sino las relaciones personales que ha tenido a lo largo de su vida.

Gracias a su familia, sus amigos y los contactos que se han cruzado a su alrededor el cocinero catalán ha podido empujar su profesión a lo más alto. Pero también de las casualidades. Gente como Fermín Puig, un ejemplo a los fogones. O el que fuera su jefe de cocina, Jean Paul Vinay. O el doctor Hans Schilling y su historia de amor que impulsó la creación de elBulli. El restaurante que tenía alma, Juli Soler. “La conexión es una de las más importantes. Todos deberíamos aprovechar esos hilos que nos unen para llegar tan lejos como soñamos. La conexión es el mejor ingrediente”, reconoce Adrià en #MejorConectados, la plataforma de contenidos de Telefónica. Un proyecto en el que se recogen historias de celebridades motivadoras como Rafa Nadal y se difunden masterclass de personalidades como Pablo Laso, María Zabala y, próximamente, Toni Nadal.

De hecho, Adrià ha podido llegar a ser el mejor chef del mundo gracias al trabajo y apoyo de su equipo. Gente talentosa y de enorme dedicación que, juntos, lograron situar al restaurante elBulli a la vanguardia de la gastronomía. La innovación y la permanente búsqueda de nuevos platos y técnicas culinarias le sirvieron para situarse, durante tres largas décadas, en la élite y lograr ser, entre otras cosas, incluso embajador de Telefónica desde 2010.

Desde entonces, ha acompañado a Telefónica en proyectos de diversa índole y ha visitado multitud de ciudades en aquellos países donde Telefónica está presente, como Perú, Argentina, China, México, Chile, Inglaterra, Alemania, Uruguay, Brasil, Colombia y por supuesto, las principales capitales españolas. A lo largo de estos años, juntos han abierto nuevas oportunidades para transformar posibilidades en realidad con el fin de crear valor para clientes, empleados, medios de comunicación, accionistas y socios a nivel global.

De friegaplatos a mejor chef del mundo. La clave: combinar su talento con las oportunidades e influencias

La clave de su carrera radica en su capacidad de combinar su talento con las oportunidades y las influencias que le han aportado cada una de las personas que le han marcado. Es consciente que sin todas las conexiones humanas que ha generado a lo largo de su camino no podría estar donde está y ser un máximo referente en innovación y emprendimiento. “Cuando echo la vista atrás no veo los logros conseguidos, sino las conexiones que lo hicieron posible. Porque si algo he aprendido en el camino hasta aquí es que no puede hacerse en solitario. Es fundamental conectar con la gente porque los ingredientes más importantes crecen ahí, a las conexiones que somos capaces de generar y que nos hacen avanzar e innovar”, subraya.

“La primera conexión es la más importante. Puede haber conexiones que sean increíbles, pero si no existe la primera no existe la segunda”, considera Adrià, quien apunta que si hubiera existido una conexión con Fermín Puig no habría alcanzado sus indiscutibles logros. Entonces, en los años ochenta, Adrià se encontraba en Cartagena (Murcia), donde le tocó hacer la “mili” y, mientras, cocinaba en Capitanía General. Tenía que hacer pruebas para nuevos cocineros y le seleccionó. Una decisión que le conectó con elBulli.

La historia del éxito de Ferran Adrià empieza porque quiere ir de vacaciones a Ibiza y su padre le pone en contacto con el dueño de un restaurante en Castelldefels para trabajar de friegaplatos. A través de Fermín Puig, conoce a Juli Soler, su conexión es tan fuerte, que comienzan una relación de socios en los años 80 y juntos fundan el mundialmente conocido elBulli, establecimiento que contaba con tres estrellas Michelín y que fue considerado el mejor restaurante del mundo en cinco ocasiones.

Otra de sus “conexiones” fue Jean Paul Vinay, el jefe de cocina del restaurante y quien le animó a incorporarse al proyecto culinario un año después. “Él es mi icono (en lo referente a la nouvelle cuisine)”, recuerda. Mientras que la figura del doctor alemán Hans Schilling va ligado a Marketta Schilling, un matrimonio que llegó a España en 1956 para construir una casa y cuyo terreno se fue ampliando poco a poco al incorporar un minigolf y un chiringuito. El nombre elegido para su negocio fue El Bulli, puesto que el matrimonio tenía perros bulldog franceses, a los que coloquialmente se llama “bulli”. “Había mucho de romanticismo y algo más que negocio. Y ellos son lo que me inspiran”, relata Adrià. Aunque, sin duda, la conexión más importante en la vida de Adrià es su familia, empezando por su mujer, Isabel, con la que lleva más de tres décadas juntos.