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¿Por qué los retos virales pueden poner en peligro la vida de tus hijos?

Ponen fotos de hace diez años, pero también pueden hacerse daño para grabarlo y subirlo a sus redes sociales. Desde los más solidarios hasta los más peligrosos, los social challenges arrasan entre los adolescentes

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Los retos virales, o social challenges, son acciones que se proponen en el entorno de las redes sociales y que animan a los usuarios a llevarlas a cabo, para grabarse y colgarlas en internet. Cualquiera puede proponer y sumarse a un reto de este tipo, pero el objetivo siempre es el mismo: hacerse viral y alcanzar el mayor número posible de visitas, likes, seguidores y comentarios. Quizás, por eso, es entre los adolescentes entre quienes tienen más éxito.

Cada día se dan 4.200 millones de me gusta en redes sociales como Instagram, donde, además, se suben 95 millones de fotos y stories y se suman más de 800 millones de usuarios activos al mes, en su mayoría de entre 18 y 34 años. El resultado es que el like, los followers o convertirse en viral se ha convertido en la fórmula de la era de los influencers, instagramers y youtubers para medir el recontamiento, la aceptación y la popularidad dentro de un grupo. Y eso es, precisamente, lo que busca un adolescente en sus redes sociales.

Por eso, los retos virales tienen especial fuerza entre ellos. Se actúa, e incluso se modifica la forma de ser, para conseguir más likes. Es el objetivo. Tanto que incluso, tal y como apunta un estudio del Centro de Mapeo de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), los adolescentes se están volviendo adictos al reconocimiento 2.0, porque al ver fotografías o vídeos con muchos me gusta, se registra una mayor actividad en las regiones neuronales implicadas en el procedimiento de recompensas, la cognición social, la imitación y la atención. El problema está en que esto ocurre con sus propias fotos, con las que son neutras, pero también con las asociadas a riesgos o peligros, ya que al verlas, aseguran los investigadores, disminuye la actividad en las regiones del cerebro que les frenan y ponen en alerta.

Esto explica por qué millennials y generaciones posteriores no advierten el riesgo en muchos de los absurdos y peligrosos retos virales que circulan por la red. Los ejemplos son numerosos y algunos incluso han acabado en suicidios o autolesiones, como la Ballena Azul o Momo. Otros pueden derivar en accidentes y otros daños, como aquel de salir del coche en marcha para bailar (conocido como In My Feelings Challenge); inhalar un preservativo por la nariz y expulsarlo por la boca (Condom Snorting Challenge) o conducir y caminar por la calle con los ojos vendados, el último boom viral llamado #BirdBoxChallenge, surgido a principios de enero a partir de una película de Netflix.

Señales de alerta

Detrás de esa necesidad de aceptación, valoración o reconocimiento que buscan los jóvenes en las redes sociales y, por tanto, en los retos virales, también se esconde su impulsividad en una etapa de su vida en la que están formando su pensamiento racional y suelen tomar decisiones arriesgadas sin pensar en las consecuencias. Por eso, como recuerda la iniciativa Por un uso Love de la tecnología, con la que Orange quiere concienciar a padres y menores sobre la importancia de hacer un uso responsable de las nuevas tecnologías, es fundamental incentivar la capacidad crítica de nuestros hijos y fomentar su autoestima.

Además de tener confianza y comunicación con los niños, es importante que los padres formen parte de sus redes sociales para conocer a qué influencers, youtubers o personas siguen, pero siempre huyendo del papel de 'controlador'. También hay que alertar a los menores de la necesidad de salvaguardar su intimidad y privacidad, así como de los peligros que puede implicar a la larga sobreexponerse en las redes sociales y tener contacto con extraños.

Los padres, aconsejan de igual modo los expertos, deben estar especialmente atentos cuando sus hijos demuestran una alta necesidad de aceptación, es decir, cuando les cuesta integrarse en el grupo o son más tímidos e inseguros que el resto; de reconocimiento, buscando ser populares o líderes a base de llamar la atención y destacar; y de experimentación o novedad, porque suelen siempre buscar experiencias más fuertes y arriesgadas.